lunes, 17 de noviembre de 2014

¿Presión?

El deporte es un juego que mueve pasiones en masa y en muchos casos, importantes cantidades de dinero. Las expectativas suelen ser grandes, sea cual fuere el objetivo deportivo o profesional que se haya trazado, y conforme uno empieza a transitar el camino hacia la meta, generalmente sin aviso ni quererlo, la mochila se nos empieza a llenar de presiones.
La necesidad de “ser protagonistas”, de que “acá no se pueda hablar de otra cosa que no sea el campeonato”, o de “mantener una beca o un sponsor”, son una constante en todos y cada uno de los ámbitos de la actividad deportiva, profesional o amateur.
Nosotros, los humanos, los comunes, solemos hacer un culto en eso de buscarnos presiones adicionales, aún cuando no las hay. Si a veces hasta nos ponemos nerviosos en un partido de cartas con amigos, ¿cómo no me voy a cargar de presión y tensiones en algo tan pasional como el deporte?
Es cierto que, muchas veces, meternos presión para alcanzar un objetivo sirve de disparador para mejorar o potenciar nuestro rendimiento; pero nuestro interior no tiene una medida tangible como  un tanque de nafta, que carga X cantidad de litros de combustible. Nuestro interior no tiene paredes firmes, se expande o se achica según nuestro estado de ánimo, por lo que si nos cebamos y llenamos nuestro tanque con más “presión” de la aconsejable, lo más probable es que  no la podamos  manejar y  empecemos a sentirnos mal.
La presión nos desborda y nuestra capacidad de análisis y observación de la realidad se achica considerablemente, provocando que nuestra percepción de algunos hechos no sea del todo confiable, porque inconscientemente nos empezamos a enfocar en el lado oscuro o negativo de las cosas, y no en aquello que puede servirnos como disparador positivo. En términos sencillos, burdos, “primero nos ponemos más tontos de lo habitual  y con el tiempo, ese ejercicio de mirar siempre lo negro termina convirtiéndonos en nuestro peor enemigo”.
También se da que, en el afán por “no llamar la mala onda o la energía negativa”, el tema de la presión se evita por completo, y durante gran parte del proceso no se habla de ella y se la ignora, pero… Ella está ahí… En algún recoveco, esperando agazapada el momento de entrar a escena, y cuando lo hace provoca un desbarajuste en el grupo difícil de manejar.
¿Hay alguna receta para manejarla? Si, por supuesto. Y la clave está en la “Comunicación”. Ignorarla suele ser un arma de doble filo, porque generalmente se corre el riesgo de que aparezca al primer tropiezo y cope la parada. En términos deportivos, cuando tenemos que enfrentar un rival difícil se suele hacer scouting o análisis de virtudes, defectos, puntos débiles, puntos fuertes y demás, para saber cómo enfrentarlo en las mejores condiciones, ¿no? Bueno, una de las claves para enfrentar bien armados los miedos que vienen escondidos detrás de las presiones, es estudiarlos, conocerlos a fondo, y eso se logra hablando, compartiendo con nuestros compañeros el peso que viene con ellos.
Hablar, comunicarnos, sirve como herramienta de descarga o catarsis y como elemento unificador y clarificador en el camino por buscarle salidas a la situación presionante. Hablando podemos minimizar o agrandar situaciones y sobre todo, podemos poner en claro objetivos y metas. Y en ese tren, el apoyo psicológico para el deportista de alta competencia es, muchas veces, clave, decisivo, porque aprender a pensar sobre los hechos y enfocarlos desde el ángulo que más me convenga es algo sobre lo que hay que trabajar y que con ayuda profesional suele ser más fácil de conseguir.

martes, 23 de septiembre de 2014

El Fenómeno Barcelona

Siempre es bueno reflexionar sobre los paradigmas exitosos, y en lo que respecta a la formación de jugadores el Barcelona es, hoy por hoy, uno de los ejemplos a seguir en el deporte de estos tiempos. ¿Cuál es el secreto? Sin lugar a dudas no hay uno solo, sino una conjunción de varios, y entre ellos se encuentra el factor humano, el costado psicológico, tan menospreciado desgraciadamente en la mayoría de las estructuras del deporte argentino.
De visita en Argentina, Irma Puig, psicóloga y responsable de Relaciones Humanas Deportivas en Barcelona, dejó algunos conceptos que nos permiten visualizar algunas de las razones del “fenómeno culé”, a partir de las cuales surgen las inevitables comparaciones y reflexiones acerca de la realidad del deporte de estas latitudes…
“Cuidar a sus jugadores como si fueran niños: ¿Será una de las claves del éxito de Barcelona?”, titula el periodista Germán Leza en una nota publicada por  @canchallena con Irma Puig, quien pasó por Buenos Aires para disertar sobre el trabajo en equipo.
Entre otras tareas, Puig fue responsable en el apoyo psicológico a los chicos que desembarcaban en La Masía, y quizás, las siguientes claves ayuden a entender un poco más, el éxito de Barcelona en lo que respecta a la formación de jugadores.

Cuidar a los otros como a un recién nacido. "¿Cuál es el cometido de un psicólogo en un club de fútbol? Mi trabajo es cuidar… La palabra cuidar es muy importante. Es la mejor inversión que puede hacerse", dice la experimentada psicóloga, poniendo enfasis en su idea central: "Qué mal nos sentimos cuando nadie nos escucha, ¿no?".

El corporativismo inconsciente. Para Puig, existe "un corporativismo inconsciente colectivo" entre los humanos. Y cita una investigación del ejército de Estados Unidos, en donde comprobaron que si los soldados notaban que a los heridos vivos se los cuidaba, ellos estarían dispuestos a arriesgar más en el campo de batalla. Vuelca al deporte su ejemplo: "A un jugador se le renueva el contrato a pesar de estar lesionado. No es lógico desde lo financiero pero si sus pares ven eso, se arriesgarán más jugando porque saben que si les paso algo los van cuidar, y eso ayuda a que den más de sí mismo. Esta necesidad de sentirse cuidado está desde que nacemos. Siempre en la vida necesitamos del otro".

El peligro del éxito. Pero cómo lidiar con el éxito ¿Es más difícil que hacerlo con el fracaso? Barcelona ganó todo en los últimos años. Para muchos, en la era Guardiola-Vilanova, se convirtió en el mejor equipo de todos los tiempos. Esa fue la herencia que tuvo el Tata Martino. En pleno Mundial, el rosarino fue implacable en su análisis: "Este es el planteo que yo me hacía: estos chicos ganaban siempre y aparezco yo y dejan de ganar". Puig entiende que el éxito "es peligroso porque tiene un efecto anestésico". Y cita una frase de Carl Jung: "Cuando alguien me viene a contar un éxito. Decía espero que este éxito no te haya dañado demasiado; hay que estar preparado".

"Sólo podemos ver lo que somos capaces de entender". En el manejo de grupos, Puig destaca que es importante saber lo que le pasa a todos, y que "comprender es permitirse anticiparse", por ejemplo, a posibles conflictos. “Hay entrenadores que preparan un partido y hay entrenadores que preparan a sus jugadores para un partido”.

La realidad argentina, dice que en un altísimo porcentaje, el Factor Humano en los clubes está en manos de entrenadores y profesores, quienes, con sus limitaciones de tiempo o conocimientos, toman a su cargo la tarea que, en el Barcelona, pilotea un psicólogo. En algunos clubes se está instalando la figura del psicólogo para las divisiones inferiores, buscando darle contención fundamentalmente a los chicos que sufren desarraigo familiar o a aquellos que vienen de hogares conflictivos. Pero ello recluye al psicólogo al trabajo individual con algunos deportistas, lo que lo pone obviamente muy lejos del formato interdisciplinario que propone el Barca, donde Puig forma parte de un equipo de trabajo que piensa y encara la tarea de formación en conjunto.

El porcentaje de participación de psicólogos en los Cuerpos Técnicos de equipos profesionales se reduce considerablemente respecto a los “psicólogos de cantera” en nuestro país. En parte por desconocimiento de qué nos puede aportar este profesional en la estructura, pero también por la mentada falta de presupuesto, y aquí chocamos con un problema estructural importante, que nos lleva a preguntarnos por qué se le da tan poco valor al “Equipo que está detrás del Equipo”. Gastamos una fortuna en jugadores, pero luego esos jugadores merman en su rendimiento por falta de apoyo o contención humana o estructural, y el dinero invertido se va por la cañería. El formato de “el Entrenador que todo lo puede” es antiguo y sobrecarga de responsabilidad y tareas a un profesional (el DT) que luego, producto de esa sobrecarga, termina con deudas internas de rendimiento al no alcanzar los objetivos. Los Cuerpos Técnicos de la NBA, el deporte universitario estadounidense o de algunos de los grandes equipos de Europa marcan el rumbo hacia nuevos horizontes…

martes, 9 de septiembre de 2014

Recalculando

El fútbol, en Argentina, tiene una dinámica muy especial. Vivimos con el diario del lunes en la mano y lo que ayer era una preocupación hoy puede tener un desenlace tragico, del mismo modo que el logro de ayer muchas veces queda sepultado por la falta de tiempo para festejar y los nuevos compromisos.
Boca y San Lorenzo, en las ultimas fechas, mostraron algo de esto. Boca, afectado por el sindrome de “escoba nueva barre bien”, y San Lorenzo por el lógico bajón que viene después de alcanzar un logro de los grandes.
Los dirigentes de Boca decieron patear el tablero echando a Bianchi en medio de la semana, y casi sin tiempo para nada le pasaron la posta al Vasco Arruabarrena, un viejo conocido del club. El DT aceptò el desafio y su equipo, con apenas dos entrenamientos, le quitó el invicto a Velez, pero Arruabarrena no se subió al pedestal, y con los pies sobre la tierra declaró: "En dos entrenamientos no podés hacer mucho ni cambiar la cabeza. La actitud, intensidad y compromiso que tuvieron es mérito exclusivo de los jugadores. Los chicos supieron revertir la situación con buen juego y eso no se logra en dos entrenamientos".
Y si… ¿O no?
Humilde y realista el Vasco, sabe que eso de “escoba nueva barre bien” tiene límites, pero también debe tener claro que también es cierto que en el deporte y en la vida de los grupos tiene algo de asidero.
Si me dan a elegir, yo prefiero poner el foco de observación en un tema clave: el Clima de Trabajo.
Es que el Clima de Trabajo es decisivo para la vida de los Grupos y Equipos. Muchos líderes no le dan toda la atención que el tema merece, y lo cierto es que cuando el Clima se enrarece, la capacidad de Foco y Motivación caen y eso  pone en riesgo las posibilidades de tener buenos rendimientos individuales y colectivos. Y ahí, tal vez, podemos encontrar algún punto de contacto con aquello de "escoba nueva barre bien". A veces no es el cambio de Líder, sino el que se produce en la intimidad del grupo respecto a sus propias expectativas y ganas, que en muchos casos se potencian con el cambio de entrenador.
El folclore popular suele hablar de “le hicieron la cama”, al ver que un equipo que venía jugando mal, fundamentalmente sin actitud, en un par de prácticas y de un partido para otro luce transformado, como le pasó este fin de semana a Boca, por ejemplo. Pero lo cierto es que hay varias razones que van en contra del “hacer la cama” que tanto se escucha cuando pasan estas cosas.  Y podemos detenernos en conocidísimos conceptos como “el jugador es lo mas noble que tiene el deporte”, “a nadie le gusta perder” o, sin ir mas lejos, pensar en lo difícil que puede resultar montar una confabulación en planteles integrados por tantos jugadores con apetencias y realidades distintas.
¿Por qué no buscar una razón más sana y fácil de comprender como darle valor al “Clima de Trabajo”?
El Buen Clima, por  otra parte, favorece las relaciones, la comunicación entre los integrantes del grupo y, sobre todo, el Compromiso de los integrantes del Grupo con los intereses del Equipo.
¿Y San Lorenzo? ¿Qué pasa en el Bajo Flores entonces? Porque ahí, después de ganar la copa, lo que sobra es buen clima… Si, cierto, pero en este caso hay que poner la mira en algo lógico y absolutamente esperable: el bajón que viene con la relajación que llega después del gran logro. Cuando uno sube a la cima de una montaña, lo primero que quiere es disfrutar lo alcanzado, y lo que necesita es descansar para reponer fuerza. Bueno, nada de esto ha podido hacer la gente de Bauza, porque en horas nomás les pidieron que pongan la cabeza en el torneo local, y asi les va pobres.
Después de un gran logro o de un gran esfuerzo, es vital recuperar las energías, porque la cabeza no puede trabajar de la misma manera que antes. Lo ideal es el descanso, luego de la obra consumada, pero en el fútbol argentino no hay tiempo para relajarse, ya que inmediatamente hay que volver a empezar. Entonces, el problema principal pasa por volver a recuperar el apetito, el hambre de gloria en las cosas mundanas, las de todos los días. Volver a disfrutar de lo cotidiano, de salir a ganar los domingos, y, la pucha si es difícil, ¿no?
Lo peor en estos casos es seguir tirando de la misma cuerda. Porque cuando alcanzás el pico de la motivación mental y física, la caída es inevitable. Te relajas, baja el nivel, bajan las defensas, aparecen las lesiones y cuesta concentrarse. Es el momento de parar la pelota y buscar otras metas. Es el momento de tener paciencia. La pregunta es: ¿Se puede? 

viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Cómo Tenés la Flechita?

En la play es muy fácil: elegis el jugador y te fijás si tiene la flechita para abajo o para arriba. Antes de empezar a jugar ya sabes como va a responder la figura de tu Equipo. Si va a jugar bien, los encarás a todos y la tirás o pateás de todos lados, según el juego. Si va a jugar mal, pero es bueno, lo dejás en cancha pero no lo exigís tanto. Facil, ¿no?
El tema es cuando en lugar de a la play, sos vos y no el muñequito el que está jugando. Te toca salir a la cancha a jugar por los puntos y no hay una pantalla en la cual fijarse como tenés la flechita. Menudo problema, ¿no?
Muchos deportistas, jóvenes y de alto rendimiento también, suelen dar ventaja precisamente por esto de no tener acabada conciencia de cómo se levantaron o en que condiciones están para el partido que se viene. A veces fallan la introspección o el autoconocimiento (no conocemos realmente que nos pone bien, que mal, como enfocarnos o como ponernos en eje para rendir a pleno); otras lo que falta es el escaneo final para saber "cómo vengo hoy", para chequear si estoy por encima o por debajo de la que sería mi linea de rendimiento ideal. Si estas por encima, habrá que bajar para no pasarte de revoluciones, mientras que de estar por debajo, la consigna será agitar las brasas internas para avivar el fuego. Asi escrito parece fácil, y la verdad es que trabajandolo, lo es.
¿Cómo hacés vos para saber en que estado estás? Meterse para adentro no siempre es fácil. Pero podés aprender a hacerlo con alguna de estas dos herramientas:

COACHING PSICOLOGICO PERSONALIZADO PARA DEPORTISTAS
Porque a veces nos hace falta descargarnos para poder reenfocar y ver las cosas como son y no necesariamente como las estamos sintiendo.
http://elpsicologodelclub.blogspot.com.ar/2013/10/coaching-psicologico-para-jugadores.html

CLINICA INTENSIVA PARA DEPORTISTAS. Para Trabajar Individualmente para conocer que hay dentro tuyo y generar mecanismos de control y encendido en 6 sesiones.
http://elpsicologodelclub.blogspot.com.ar/2014/06/clinica-para-deportistas.html


¿Por qué seguir dando ventajas? ¿Cómo está tu flechita hoy?

martes, 2 de septiembre de 2014

¿Bueno o Excepcional?

Lei la frase en una página amiga y la adopté, porque es lo que siento, y mucho más aún llevado al deporte: “Lo que distingue un buen terapeuta de uno excepcional, es que éste no sólo cura las heridas si no que además ayuda a las personas a desarrollar sus fortalezas.”
Aunque en realidad no se trata de ser bueno o excepcional, sino de trabajar para el cliente / paciente, y ayudarlo a desarrollarse para que las debilidades no ganen la partida.
Siempre digo que “problemas y trabas tenemos todos”, el secreto es reconocerlas y a partir de allí encarar un plan de acción que nos permita superarlas o lidiar con ellas sin que nos afecten en nuestro desenvolvimiento cotidiano, lo que llevado al deporte suele darse a la hora de entrenar o jugar.
Dice un viejo refrán que “más vale prevenir que curar”, pero en Psicología la creencia o los patrones están establecidos muchas veces de manera opuesta: acudimos al psicólogo cuando tenemos algo que nos dificulta o impide salir adelante. Lo llamamos cuando la estamos pasando mal, cuando el equipo está en pendiente descendente. Y mi reflexión de siempre es: Si se puede trabajar desde la crisis para salir del pozo, obviamente se puede hacer lo mismo para aprender mecanismos que nos permitan no caer en el pozo. Suena lógico, ¿no?
El tema es luchar contra el preconcepto de “voy cuando estoy mal”, pero también con la comodidad que nos lleva a mantener todo como está mientras las cosas están saliendo más o menos bien. Y aquí otra reflexión para mi importante: Las cosas pueden estar bien, pero hay dos situaciones que marcan la diferencia entre los comunes y los que yo llamo “Fuera de Serie”, y es que, por un lado, estos últimos suelen trabajar para prevenir las curvas o baches que se presentan en el camino; y por el otro, los “Fuera de Serie” no suelen conformarse con rendir bien, quieren lo extraordinario… Y Trabajan para alcanzarlo.
Digo siempre que “La Cabeza Se Trabaja”, y los distintos, esos que llegan a niveles superiores, de una manera u otra lo hacen, ya que no permiten que un tropiezo los saque de la ruta. A veces será con un psicólogo o un coach, otra será apoyándose en gente constructiva de su entorno, pero lo que no hacen es dejarse estar.
Los problemas se afrontan, pero se puede prevenir para evitarlos o trabajar para estar fuerte en el momento que se presenten, para que la sorpresa no nos juegue en contra y nos desestabilice. Tener la Cabeza Clara para tomar decisiones es un valor demasiado preciado, pero no todos saben que tener la Cabeza Clara es más fácil, si se aprende a manejarla para que juegue en el sentido que a uno le conviene.
El deporte tiene miles de mitos y verdades folclóricas que la mayoría de las veces solo sirven para contaminar el proceso de desarrollo. Nos basamos muchas veces en esas situaciones o verdades de otros, y entonces si fallamos el primer tiro o pase, pensamos que vamos a jugar mal, desestimando que trabajamos toda una semana tal vez para llegar bien a ese partido. Una pelota que no entra o llega a destino nos condiciona, y ni hablar si enfocamos hacia los “cabuleros”, que creen fielmente que una prenda o un gesto propio o de otros puede ser decisivo para el resultado final del encuentro. Y como estas, miles de esas verdades sin fundamento real.
Si, como dicen, la verdad está en el terreno de juego, y todos se preparan para dar lo mejor allí, ¿por qué darle tanto valor a cosas o situaciones de este tipo? Muchas veces, le damos ese valor por falta de una preparación real, personal, que lleve a la persona, al deportista, a conocerse para creer en su trabajo y su talento lo suficiente, para que este se imponga a las situaciones fortuitas o mágicas que suelen venir del entorno. ¿O nunca escucharon a aquellos que dicen que “el DT no les dio confianza”? Cuando la confianza, primero, viene de tu interior.

Trabajar la Cabeza… Una frase que encierra muchas de las cosas que pasan en el Consultorio. Trabajar para Prevenir. Trabajar para Potenciarte. No son solo palabras. Si realmente querés dar lo mejor de vos, si querés ser un “Fuera de Serie”… Trabajala.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Nota en Psicopedia - Cosas de Parejas

comunicar en pareja
Publicado el agosto 31st, 2014 | por German Diorio
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Cosas de parejas: Comunicar

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En tiempos en los cuales la comunicación parece gobernarlo todo, increíblemente, las parejas sufren la por falta de este preciado bien.
Si, no es un juego de palabras. Nos sobran medios para comunicarnos: sms, whatsapp, facebook, tweeter, email, skype… La tecnología nos brinda día a día cada vez más herramientas, pero seguimos sufriendo por la falta de comunicación fehaciente, y no apunto a telegramas o cartas documento, sino a cosas mas simples pero en estos tiempos cada vez más complejas, como generar mecanismos de comunicación realmente efectiva con la persona que tenemos delante, con la que compartimos la cama, la vida…
El ritmo vertiginoso de estos tiempos atenta contra las chances de tener momentos de charla relajada y serena, y muchas parejas suelen vivir al ritmo que le imponen las actividades laborales y sociales. Del trabajo a la casa, de casa a la casa de… o al evento de…. Los momentos de intimidad se van reduciendo peligrosamente por una cuestión de horarios, por lo que muchas parejas solo tienen momentos íntimos cuando se trata de sexo. De conversar… ni hablar entonces…
En realidad, si conversamos, pero más del 90 por ciento del tiempo de conversación se va entre problemas de la vida cotidiana y cosas que les pasan a otros. No hay tiempo para hablar de “cómo estoy” o “como me siento”, y mucho menos “del vínculo o de la relación”. Metafóricamente hablando, es como si fuéramos en auto por autopista, sin tiempo ni posibilidad de detenernos o de observar lo que pasa a nuestro alrededor… Sin tiempo ni posibilidad de detenernos a observar lo que le pasa a la persona que tenemos al lado.
Esa imposibilidad de hablar de temas profundos nos lleva a pasar por alto situaciones que provocan malestar, rispideces que van poniéndole tensión al vínculo. Guardamos cosas en el sótano, hasta que el sótano se llena y se vuelve imposible seguir guardando… Y explotamos. Y cuando lo hacemos, es como si, en el imaginario edificio de la relación, cayéramos al segundo subsuelo.
La pareja entra en crisis, muchas veces, muy a pesar del profundo vinculo de amor que pueda existir entre las partes involucradas. Pero nos queremos, y ese sentimiento nos “obliga” o “ayuda” a encontrarnos nuevamente. ¿Dónde? En la intimidad del contacto físico, sin muchas palabras. Y el contacto físico o sexual nos lleva sin escalas de ese segundo subsuelo a la terraza del edificio de la relación. Sin escalas, sin hablar.
Pasamos de sufrir el vínculo, al éxtasis, y en ese estado, disfrutamos tanto el volver a estar bien, que optamos conciente o inconcientemente por no hablar de aquello que nos hizo mal o nos llevó al subsuelo de la relación.
No hablamos, no solucionamos, y las causas que nos llevaron al quiebre quedan ahí, latentes. No hablamos por miedo a que hablar del tema nos vuelva a poner en situación de tensión, y ese es tal vez el error mayor, ya que si no hablamos, sino reconocemos aquello que nos puso mal, es mas que probable que eso vuelva a aparecer y a complicar la relación en el futuro.
El gran tema es, entonces, cómo hablar sin poner en riesgo la flamante armonía, y la respuesta es simple: Los momentos de emocionalidad alta (mal momento o momentos de enamoramiento) no son los mejores para pensar con claridad, por ende es muy difícil que aparezcan soluciones o razones ni en medio de una discusión, ni en el pico de felicidad que viene después de la reconciliación.
Por ende, la recomendación es disfrutar de las hermosas sensaciones que vienen después de la anhelada reconciliación, pero agendar que, cuando vuelva la calma, es necesario sentarse a hablar relajadamente de lo que pasó, para juntos, poder elaborar mecanismos de prevención que nos ayuden a no volver a poner a la pareja en estado de crisis.
Comunicarnos no es tan fácil como parece, pero tampoco tan difícil…

Milagros Inesperados

"En dos entrenamientos no podés hacer mucho ni cambiar la cabeza. La actitud, intensidad y compromiso que tuvieron es mérito exclusivo de los jugadores", dijo el Vasco Arruabarrena en conferencia de prensa tras conseguir su primera victoria como DT de Boca, nada menos que ante un Velez que venía puntero e invicto. Y destacó: "Los chicos supieron revertir la situación con buen juego y eso no se logra en dos entrenamientos".
Y si… ¿O no?
Humilde y realista el Vasco, sabe que eso de “escoba nueva barre bien” tiene límites, pero también debe  tener claro que también es cierto que en el deporte y en la vida de los grupos tiene algo de asidero.
Si me dan a elegir, yo prefiero poner el foco de observación en un tema clave: el Clima de Trabajo.
Es que el Clima de Trabajo es decisivo para la vida de los Grupos y Equipos. Muchos líderes no le dan toda la atención que el tema merece, y lo cierto es que cuando el Clima se enrarece, la capacidad de Foco y Motivación caen y eso  pone en riesgo las posibilidades de tener buenos rendimientos individuales y colectivos. Y ahí, tal vez, podemos encontrar algún punto de contacto con aquello de "escoba nueva barre bien". A veces no es el cambio de Líder, sino el que se produce en la intimidad del grupo respecto a sus propias expectativas y ganas, que en muchos casos se potencian con el cambio de entrenador.
El folclore popular suele hablar de “le hicieron la cama”, al ver que un equipo que venía jugando mal, fundamentalmente sin actitud, en un par de prácticas y de un partido para otro luce transformado, como le pasó este fin de semana a Boca, por ejemplo. Pero lo cierto es que hay varias razones que van en contra del “hacer la cama” que tanto se escucha cuando pasan estas cosas.  Y podemos detenernos en conocidísimos conceptos como “el jugador es lo mas noble que tiene el deporte”, “a nadie le gusta perder” o, sin ir mas lejos, pensar en lo difícil que puede resultar montar una confabulación en planteles integrados por tantos jugadores con apetencias y realidades distintas.
¿Por qué no buscar una razón más sana y fácil de comprender como darle valor al “Clima de Trabajo”?
El Buen Clima, por  otra parte, favorece las relaciones, la comunicación entre los integrantes del grupo y, sobre todo, el Compromiso de los integrantes del Grupo con los intereses del Equipo.

martes, 26 de agosto de 2014

Proceso de Maduración

Psicología es la ciencia más inexacta de todas. Siempre digo que las cuentas nunca dan igual, sencillamente, porque todos somos diferentes.
Todos somos diferentes, si, pero en el proceso de formación, los educadores muchas veces suelen pasarse de rosca en eso de “uniformar”. Y en el deporte esto se potencia a veces hasta límites difíciles de aceptar, ya que se puede ver a las claras que el entrenador está buscando respuestas idénticas en chicos que, indudablemente están pasando por situaciones o procesos madurativos muy diferentes.
Dice Luis Scola en el prólogo de “El Psicólogo del Club” que “un jugador es la mezcla de tres cosas: físico, talento y cabeza. De acuerdo a cuanto de cada uno de los elementos tenga es el tipo de jugador que nos encontramos”.
La mezcla de tres cosas: físico, talento y cabeza… Y aquí el primer punto importante en eso de “la formación”. ¿De qué manera se trabaja “la cabeza” en las divisiones menores? Los semilleros de algunos clubes en Argentina suelen tener psicólogos/as en sus pensiones o departamentos médicos, pero lo cierto es que su función suele reducirse a la contención o a ejercer una especie de soporte de la tutoría que se le da a los jóvenes jugadores, ya que son pocos los que participan junto al cuerpo técnico de la responsabilidad de formar a sus pichones de cracks.
El factor preventivo (enseñarles a manejar sus emociones o sus niveles de concentración o motivación, por ejemplo) no suele ser materia importante y mucho menos obligatoria en las canteras, por lo que el psicólogo suele estar a la espera de que le caiga un jugador angustiado o haya que trabajar sobre algún problema puntual. Y lo cierto es que eso, humildemente, es entre otras cosas, desaprovechar la riqueza que puede dar el trabajo interdisciplinario.
La formación que reciben en psicología la mayoría de los profesores y entrenadores no suele ser muy profunda, y en algunos casos hasta es desactualizada, lo que provoca que en cierta forma muchos formadores no tengan un ojo puesto en las diferencias que se producen entre jugadores de la misma edad o categoría, producto de los diferentes procesos madurativos que puedan estar viviendo. Vemos chicos o chicas con un rendimiento físico o aptitudes deportivas similares y pensamos que, por eso, podemos exigirles que rindan o se pongan en la misma sintonía. O lo que es peor, muchas veces se los trata con la misma rudeza o nivel de exigencia que a un profesional, perdiendo de vista que, por una cuestión de edad y nivel madurativo, no están en condiciones de asimilar semejante nivel de exigencia.
No se mira la edad ni el momento evolutivo personal, si físicamente esta bien y tiene talento solo se le pide que rinda, y son realmente pocos se detienen en la paciencia que hay que tenerle a un chico que esta buscando su identidad y por ende no tiene el equilibrio emocional ideal. Se equivocan los profesores o entrenadores, y también los padres, que desde la tribuna pretenden que el nene o la nena jueguen siempre bien.
En otro artículo de este blog (“Dejalo que se equivoque”) decía que “el deporte formativo es uno de los eslabones más débiles en la cadena, y que en muchos deportes, las inferiores suelen ser para los DT, una estación de paso hacia las categorías superiores, motivo por el cual, muchas veces nos encontramos con entrenadores muy jóvenes y a veces carentes de formación para enfrentar determinado tipo de grupos o situaciones, o bien DTs que no tienen real vocación para trabajar con chicos o jóvenes”. Y esa, precisamente, es la primera razón por la cual muchos chicos y chicas ven como se trunca de mala manera su proceso formativo o sus sueños de lograr grandes cosas.
Decía también en ese post que “muchos Entrenadores ponen el foco de su aprendizaje en saber de su deporte, y en realidad, sobre todo en esas etapas, aprender a manejar personas es tan o mas importante”. Y si se trata de personitas, mucho más aún.
Respetar los tiempos de maduración es clave para que los chicos no estén sometidos a presiones o exigencias que, tal vez no estén en condiciones de soportar en determinado momento, ya que eso puede traer consigo una merma en el nivel de tolerancia a la frustración en el chico, que luego termina convirtiéndose en el típico jugador que ante el primer error se fastidia y se va del partido, por citar la mas leve de las consecuencias que vienen de la mano de esto.

Respetar los tiempos de maduración. “físico, talento y cabeza”, decía Scola. ¿Y si invertimos más en conocer y aprender a seguir y respetar los procesos madurativos?

domingo, 24 de agosto de 2014

Columna en Cancha Llena, La Nación

Rugby Championship


Un psicólogo analiza a los Pumas: "El factor mental es el plus de diferencia"

Por Germán Diorio 

Foto: LA NACION / Rodrigo Néspolo
Daniel Hourcade resumió en dos conceptos el presente de los Pumas : "Tenemos que aprender a ganar. Nos falta saber dar el golpe de nocaut". El hombre es un animal de costumbres. ¿Se habrán acostumbrado a perder los Pumas? ¿Cuánto juega en el inconsciente de nuestros jugadores esa mezcla de reconocimiento y protección enmarcada en la tan mentada "derrota digna"?
La cabeza juega su partido en el deporte de alta competencia, donde los físicos se han emparejado y cada vez hay menos misterios en lo táctico. Y el factor mental es sin dudas el plus de diferencia que abre la brecha entre los deportistas, equipos comunes y los Fuera de Serie.
Los Fuera de Serie saben que no siempre ganan los mejores, ganan los que creen que pueden hacerlo. Y tal vez a los Pumas, en ese proceso de aprendizaje que mencionaba su entrenador, aún les falte aprender a mantener a tope la capacidad de concentración hasta el final del juego, o a manejar la ansiedad y a controlar las emociones en los momentos definitorios. A la larga, siempre gana aquel que cree que podía hacerlo. Alguna vez le tocó al básquetbol argentino quitarle el invicto al Dream Team estadounidense abriendo el camino hacia la conquista del oro olímpico. Equipos buenos hay muchos, y en esa puja suele imponerse el que está convencido que realmente lo es. Son dos habilidades distintas, una está en las manos y los pies mientras que la otra está en la cabeza y sabemos que ésta manda sobre las otras.
Para estar convencido hay que prepararse. Preparar un plan de juego que nos permita ganar, y esa preparación debe incluir aquello que tiene que ver con lo mental y lo emocional. "Estar cerca" trae consigo un incremento en los niveles de ansiedad, y con ello puede peligrar la capacidad de foco o concentración. Por eso es tan importante trabajar sobre estos aspectos, prevenirlos, saber cuándo puede aparecer ese lógico temor a "no poder" y generar mecanismos individuales y colectivos que nos permitan seguir con el plan de juego que nos llevó a estar en esa posición.
(*) Germán Diorio es psicólogo especialista en deportes.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Coaching Psicológico Personalizado p/ DT

COACHING PSICOLOGICO PERSONALIZADO
PARA ENTRENADORES

Las actitudes de un mal Lider suelen confundirse con las de una mala persona, y la toma de decisiones es decisiva a la hora de hacer juicios sobre tu función. Lo humano juega un factor clave, de alli la importancia de aprender a generar mecanismos de control y equilibrio emocional para tener la cabeza clara en todo momento. 
Relevamiento e Informe Diagnostico de Performance relacionada con puntos específicos como:

- Manejo del estrés y las presiones.
- Optimizar vías y canales comunicacionales.
- Motivación y llegada en charlas técnicas.
- Foco. Mecanismos de descarga y reenfoque.
- Relación con el entorno.

Una propuesta diferente para trabajar de manera personalizada sobre tus puntos de mejora, potenciando habilidades y puliendo aquellas cosas que puedan estar trabando tu crecimiento, desarrollo o una mejor performance.
Para Entrenadores experimentados y en formación. Seguimiento y análisis personalizado, trabajando sobre tus demandas puntuales y sobre aquellas cosas que pudiera arrojar el período de investigación.
El Psicólogo no muerde. Por el contrario, puede ser una herramienta importante para ayudarte a optimizar talentos y potencialidades.

Germán Diorio
Psicólogo – Especialista en Deportes
1169317209
@germandiorio

sábado, 9 de agosto de 2014

Pequeñas Sociedades

En los deportes de conjunto, los entrenadores reconocen que el primer paso para formar un Equipo es conseguir que, dentro del mismo, se vayan armando pequeñas sociedades. En términos sistémicos, sería algo así como ir dándole espacio de creación y funcionamiento a pequeños subsistemas dentro del sistema mayor.
Armar un Grupo / Equipo, en estos términos es algo así como armar un rompecabezas. Hay que hacer que las piezas encajen, e ir armandolo por sectores, en algunos casos ayuda mucho a la formación integral del mismo. Por eso, los entrenadores suelen darle mucho valor a las “Pequeñas Sociedades”. Las alientan y celebran, pero no siempre ayudan o las propician correctamente, porque algunos suelen caer en el error de suponer que el contenido principal para el nacimiento de esas sociedades está en la compatibilidad técnica o la proximidad en lo táctico, y si bien estos dos ingredientes juegan un papel vital, lo cierto es que para que se generen estas mini sociedades hace falta algo mucho más importante: la Química.
Si, en la formacion de las pequeñas sociedades del Equipo debe primar la Quimica entre sus integrantes, porque sino es imposible pensar en ningún tipo de sociedad.
Armar pequeñas sociedades es materia obligada en el deporte de conjunto, pero algunos DT se olvidan que sin onda no hay sociedad posible. Y la onda o la química, se construyen y trabajan.
¿Qué hacés vos para promover esas Sociedades? ¿Cómo estás ayudando a generar más onda entre los integrantes de tu Equipo?
El Factor Humano es decisivo, ya que solo los grandes profesionales logran anteponer lo funcional (táctico) a la falta de empatía. Muchos entrenadores u observadores suelen caer en el error de pensar que porque “son profesionales” van a poder superar sus diferencias para jugar a favor del equipo, y lo cierto es que son muy pocos los que realmente lo consiguen, por lo que la falta de onda termina siendo una piedra en el zapato.

¿Entonces? Entonces… A poner un poco más el ojo en trabajar sobre las relaciones humanas para generar esa onda, y, por que no, a tratar de generar objetivos o metas que ayuden a que el clima general potencie que las ganas de servirle al Equipo estén siempre por encima de las apetencias personales de sus integrantes. Se puede, no es tan difícil…

miércoles, 6 de agosto de 2014

Mensajes Confusos

Esta reflexión, seguramente, hará que más de uno empiece a leer esta nota mal predispuesto, pero allá vamos: Basta sentarse un rato en una tribuna a observar un partido de divisiones inferiores, para caer en la cuenta que “el padre no siempre es el mejor aliado del entrenador en la tarea de hacer de su hijo un buen deportista”.
La fauna deportiva de las divisiones menores tiene entre sus especies al popular “Padre Puteador”, algo así como un lobo con piel de cordero que en la previa suele charlar animadamente y sociabilizar con propios y extraños, pero que conforme avanza el partido, empieza a transformarse en un temible propalador de insultos hacia la figura del árbitro de turno; pero que si el nene o la nena jugaron poco o estuvieron mucho tiempo en el banco, también dirigirá sus dardos hacia el entrenador que osó no darle cancha.
Convengamos que todos los padres, en algún momento, nos ponemos en mayor o menor medida el disfraz de “Padre Puteador”. Dificilmente alguien pueda sentirse libre de pecado como para arrojar la primera piedra. El deporte es pasión y tener a nuestros hijos jugando incrementa considerablemente esa vertiente pasional. Pero cuando el patrón de conducta se hace reiterativo, el ejemplo que estamos dando no es el ideal.
El insulto es agresión, y el árbitro y el entrenador, en la cancha, son ni más ni menos que la autoridad a la que está sometido nuestro hijo, el mismo al que le estamos mostrando una manera poco diplomática de cuestionar, y el mismo al que en casa le exigimos respeto y educación.
El “Padre Puteador” es apasionado, al punto de llegar al entretiempo afónico, y entre ellos hay quienes culpa del desborde suelen ser expulsados de la cancha como si fueran un jugador. Hay “Padres Puteadores” que son conocedores del deporte que practica su hijo, pero también los hay de aquellos que llegaron al deporte en cuestión porque al nene se le ocurrió jugarlo o porque algún profesor lo reclutó en la colonia de vacaciones o el colegio, y en consecuencia, van aprendiendo de a poquito algunas cosas de reglamento o táctica, lo que no los inhibe a la hora de sentenciar si “la infracción estuvo bien cobrada” o si el DT eligió el sistema defensivo correcto para ese rival.
Los chicos no suelen estar preparados para absorber la presión que a veces inconsciente e inocentemente les tiramos encima desde la tribuna. Los gritos, que a veces empiezan desde el primer fallo dudoso, desconcentran y atentan contra su capacidad de hacer un buen juego y disfrutar el partido. Los más chicos, porque se apichonan ante tanto barullo; y los adolescentes, porque generalmente se pasan de vueltas ante el exceso de adrenalina que viene desde las gradas.
Todo esto no hace otra cosa que generar confusión en el chico, que a veces no sabe que patrón seguir. Así, llegamos al padre que termina cuestionando alguna decisión del entrenador, y al DT que mira con recelo a esa tribuna poblada de padres que “no saben nada de deportes”.
Las cifras millonarias que se mueven en el mundo deportivo, sumado a la pasión que conllevan los colores y la inevitable proyección que el padre hace sobre el hijo de sus logros, frustraciones y deseos, suelen producir un coctel demasiado explosivo y, por ende, difícil de manejar.
Los padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, de eso no hay dudas. Pero a veces perdemos la brújula y terminamos confundiéndolos y atentando contra lo que tendría que ser, en principio, una actividad lúdica de contenido social. Porque los llevamos al club a hacer deporte para eso, ¿no?, ¿O todos tenemos a Messi, Ginóbili o a Luciana Aymar en la habitación de al lado?
Manejar las propias expectativas es vital para no provocar una influencia negativa en el chico. Los mensajes confusos no hacen otra cosa que marear a niños que por un lado escuchan a los mayores pregonar que el deporte es para hacer amigos, mientras que el contenido violento que viene de la tribuna o desde el mismísimo banco de suplentes contribuyen a hacerle flor de lío en la cabeza.

El Mensaje, sobre todo en los primeros años de vida, debe ser lo más claro posible, porque los chicos no están en condiciones de decodificar la información como los adultos. ¿Qué tal si dejamos a nuestros chicos/as disfrutar del deporte de la manera que ellos deseen?

lunes, 28 de julio de 2014

Desde la Línea

Una vieja máxima dice que “el tiro libre es el lanzamiento más fácil del básquet”. Tirás sin oposición, no te apura el reloj, podés tomarte tu tiempo para la ejecución… Pero así y todo, los porcentajes no siempre son buenos. A veces, parece un misterio. Jugadores con buena técnica de lanzamiento, capaces de tirar sobre la marca, desde lejos o hasta en movimiento, fallan cuando están solos en la línea frente al aro, y la respuesta está… En la cabeza… Ni más ni menos.

Muchas veces, esos malos porcentajes provienen de cómo se entrena ese momento. Es común ver a los jugadores amontonados tirando libres mientras se gastan bromas, o ver tiradores despreocupados sin prestar atención a cuanto convierten o cuanto fallan en la práctica. Uno de los postulados que esgrimen muchos entrenadores cuando la práctica se torna liviana dice que “Se Juega como se Entrena”, pero a la hora de los libres, a muchos de esos DT hay que recordarles que los jugadores necesitan entrenar la situación de tirar libres por algo, o con algún tipo de presión, para tratar de prepararse para lo que tendrán que afrontar cuando estén frente a la línea en algún partido. Es imposible imitar la situación de tensión que se vive durante un partido, pero con ejercicios, juegos o consignas diferentes se puede trabajar en esa dirección (hacer picados cobrando y tirando los libres como en un juego, realizar sesiones de libres con algún premio – castigo, tirar libres en situación de cansancio extremo, etc.).
La situación de tiro en el entrenamiento es muy diferente a la que se da en el partido (público, cancha, nivel de cansancio, estrés o presión, etc.). En términos psicológicos, la ansiedad que nos genera el estar frente a la línea (aunque no nos demos cuenta), nos condiciona negativamente a la hora de tirar, entonces, esa tensión (a veces inconsciente) hace que la respuesta motriz o de algunos grupos musculares no vaya al ritmo que tiene que ir, y los movimientos son toscos (el tiro se va largo y pega en el soporte), duros (sensación de brazo encogido que hace que el tiro quede corto), o demasiado laxos (tiramos y la bola juega en el aro y sale).
Esa ansiedad se puede controlar. De hecho, miles de tiradores de libres lo hacen. DT o Jugadores experimentados y efectivos sugieren: “búsquense algún ritual que les de seguridad o favorezca la concentración”, y esa, junto con la practica a conciencia, es la llave para empezar a abrir la puerta hacia una mejora en los porcentajes.
Obviamente, buscar un ritual no tiene que ver con una cábala, sino con algún gesto, rito o similares, que nos ayude a encontrar la concentración necesaria para tirar despojados de presiones. 
¿Ejemplos? El legendario ala pivote de Utah Jazz y el Dream Team Karl Malone, parecía rezar antes de tirar libres; el ex pivote de la Selección Argentina, Sebastian Uranga se acomodaba los pantaloncitos y la camiseta en la línea antes de tirar; el base Gabriel Cocha (89 por ciento en tiros libres en más de 20 temporadas en la Liga Nacional) picaba 5 veces la pelota, respiraba hondo y proyectaba imaginariamente sobre el tablero una pantalla azul; algunos jugadores van al banco a buscar su toallita para secarse; y la lista de este tipo de rituales de enfoque podría ser interminable. En algunos casos, ese ritual es conscientemente una búsqueda de tranquilidad o de aquietar las aguas internas para estar en Foco para tirar. En otros se da por casualidad, pero es igual de efectivo.

El tema es que todos podemos elaborar un mecanismo interno para, pese a estar en pleno juego con las pulsaciones a mil, hacer una pausa que nos permita conectarnos con algún estado interno de concentración, paz, relajación, foco o lo que nos hiciera falta. 
Cuando el problema es la ansiedad o los pensamientos que se te cruzan por la cabeza en esa situación, repetir lanzamientos en las prácticas no te va a garantizar mejores resultados. ¿Por qué no pedir ayuda entonces?

martes, 22 de julio de 2014

Ansiedad en el Deporte

La ANSIEDAD es moneda corriente en el deporte, y más de una vez suele jugarnos malas pasadas dentro de la cancha, alterando nuestra capacidad para tomar decisiones, o incluso fuera, complicando el proceso de preparación.Aqui un interesante artículo de la colega española Lucia Moreno escrito para Fútbol en Positivo, que obviamente, cambiando alguna que otra palabrita, se puede adaptar a cualquier tipo de actividad deportiva.

LA ANSIEDAD EN EL FUTBOLISTA
La ansiedad es uno de los problemas más comunes que pueden afectar al rendimiento del futbolista, siendo en muchas ocasiones difícil de controlar por las muchas variables de las que depende. Existen muchos factores personales y situacionales que en determinados momentos pueden desbordar el equilibrio psicológico en el individuo y afectar de manera perniciosa a si mismo y a su nivel de rendimiento.
La ansiedad no se debe de confundir con el nivel de activación o arousal, este proporciona la energía para activar al organismo proveniente de la motivación, mientras
que la ansiedad ve activada esa energía por pensamientos y estados emocionales negativos.
Son muchos los factores situacionales que pueden influir en que aumente la ansiedad en el futbolista. El fútbol es el deporte rey en muchos países. Hay mucha gente que siente los colores de su equipo y se implican emocionalmente en los partidos, en muchos casos pueden existir insultos, pitos, excesivo ruido, violencia y situaciones desagradables que tiene que vivir el jugador en el terreno de juego, incluso el hecho de ser observados puede generar ansiedad y que consecuentemente, puede afectar a su ejecución en el partido.
El futbolista también puede manifestar ansiedad a la hora de competir, la incertidumbre en cuanto a los resultados de la competición y la importancia que el deportista otorga a la competición suelen ser pensamientos que pueden rumiar y aumentar su ansiedad. Por otra parte, no es equitativo el contexto en el entrenamiento que en la propia competición en la que siente la obligación de ganar, aunque también es cierto que la ansiedad puede disminuir al comenzar el partido, ya que hay muchos jugadores que consiguen adaptarse positivamente a la situación. Por lo que, es mas común intervenir en la ansiedad precompetición.
La percepción del rival es otro estresor situacional que puede afectar al deportista, aumentado la ansiedad cuanto más poderoso lo percibe. En este caso, debemos considerar que el rival es un componente más del juego del cual podemos obtener información a nivel técnico y táctico para elaborar nuestra estrategia y sentirnos más seguros.
Junto a los factores situacionales, coexisten factores personales del deportista que dependen que sean más o menos propensos a experimentar ansiedad. Para ello, hay que saber diferenciar entre Ansiedad rasgo, refiriéndose a una característica de la personalidad del individuo y no depende de las circunstancias, digamos que es la parte biológica o genética de la ansiedad que es inamovible y en la que no podemos intervenir. Y la Ansiedad estado que depende de las situaciones que vivimos y se puede modificar.
Otro elemento muy importante es la autoestima, refiriéndose a las capacidades y habilidades que la persona piensa que tiene. Es negativa tanto en defecto como en exceso, por lo que es importante que exista un equilibrio entre las demandas y las posibilidades que el deportista cree poseer.
Para disminuir la ansiedad hay técnicas muy útiles que se pueden aplicar en el futbolista y que varios estudios han demostrado su eficacia. Las técnicas de intervención que se suelen aplicar son:
Relajación progresiva de Jacobson: Contracción y distensión de los diferentes grupos musculares llevando a una disfunción de la contracción muscular logrando niveles de tensión muscular más bajos.
Imaginación/visualización: se trata de una técnica que programa la mente del deportista para reaccionar, para responder cuando y como se le ha programado. A través de palabras evocamos situaciones deportivas ya vividas y anticipamos la respuesta para situaciones futuras para acortar los plazos de reacción y ejecutando la acción exitosamente.
Reestructuración cognitiva: esta técnica trata de identificar, analizar, y modificar las interpretaciones o los pensamientos erróneos que el futbolista experimenta en determinadas situaciones.
Reforzamiento positivo: esta técnica debe llevarla a cabo el entrenador elogiando las respuestas deseadas adquiriendo así el futbolista una imagen más positiva de si mismo.
Existen otras técnicas que se aplican dependiendo de los resultados de la información que se obtiene durante la evaluación. Con estas técnicas y la colaboración activa por parte del futbolista se pueden obtener resultados muy positivos que incrementen su seguridad y por lo tanto, disminuyan su ansiedad a la hora de rendir en el terreno de juego.

lunes, 21 de julio de 2014

Nota en Psicopedia.org

EN MIS ZAPATOS, O COMO ENCARAR LA RESOLUCIÖN DE CONFLICTOS


“Para entender lo que le pasa a la otra persona, tenés que ponerte en sus zapatos”. La metáfora encierra el gran secreto, que no es ni más ni menos que tratar de ponerte en el lugar del otro para intentar (si, intentar) mirar las cosas desde el ángulo que las está mirando la otra parte.Los viejos refranes suelen guardar en su interior un enorme plus de sabiduría, y uno de ellos encierra un enorme secreto para encarar la solución de conflictos
Los “Conflictos” traen consigo una carga adicional de emociones negativas, y es sabido que a la mayoría de los mortales nos cuesta pensar claramente cuando este tipo de emociones copan la parada.
Las emociones (buenas y malas) le cambian el tono a aquello que estamos tratando de ver, y en algunos casos lo distorsionan radicalmente; y desde allí es prácticamente imposible buscar puntos de encuentro, ya que nuestra posición se hace más firme y la del otro parece esconderse detrás de un velo que nos impide ver con claridad.
En términos prácticos, si estábamos enojados por algo, al hacerse más firme nuestra posición, aquello que siente o piensa la otra parte se diluye y pierde fuerza y claridad ante nuestros ojos, lo que radicaliza aún más nuestra posición poniendo al borde del precipicio toda posibilidad de acuerdo.

¿Entonces? El mejor camino para la solución es “ponerse los zapatos del otro”, tratar de mirar la situación que tanto te molesta desde la posición de la otra persona, para así intentar comprender qué es lo que tanto afecta a la otra parte, pero para ello, primero es clave bajar los niveles de emocionalidad, ya que desde las sensaciones que hoy nos gobiernan se hará muy difícil pensar con claridad.Pasa entre pares y más aún cuando el conflicto se da en planos de jerarquías diferentes (padre – hijo, jefe – empleado, etc.). Yo pienso A, la otra persona piensa B, pero como en el medio hay una carga de bronca, fastidio o dolor, esas posiciones se hacen mas fuertes y la situación parece volverse irreconciliable.
El Paso a Paso buscando la anhelada Solución sería más o menos así:
- Tratar de cambiar el clima o salir del tema para buscar que las emociones negativas (bronca, fastidio, dolor) aflojen un poco.
- Reconocer al otro como una persona valiosa para mi (favoreciendo el cambio de clima y la motivación para tratar de arreglar el conflicto)
- Ponerme en los zapatos del otro (tratar de ver los hechos desde la óptica de la otra parte)
- Buscar un punto de encuentro entre lo que siento/pienso, y lo que creemos que siente/piensa la otra persona.
- Elaborar una propuesta o estrategia de abordaje para buscar, juntos, el anhelado encuentro.
Muchas veces solemos enojarnos por cosas que no ameritan semejante despliegue de emociones negativas. Nos enojamos y, producto del orgullo, caemos en la puja por ver quien tiene razón, y la solución suele estar más cerca de lo que parece… Vamos, no es tan difícil…
http://psicopedia.org/3624/en-mis-zapatos-el-secreto-para-encarar-la-solucion-de-conflictos/