miércoles, 28 de noviembre de 2012

"Ojalá" vs. "Voy a..."

¿A quién alguna vez no se le escapó un "Ojalá..." en la previa de una competencia deportiva? Todos alguna vez utilizamos esta expresión de deseos, cuando en realidad, si estuvieramos cien por ciento convencidos de cómo nos preparamos y qué pensamos hacer a la hora de saltar a la pista / cancha, sería más correcto decir "Hoy voy a ... romperla, ganar o lo que fuera". El lenguaje condiciona y darle un lugar preponderante al "Ojalá" por sobre el "Voy a..." es, en cierta forma, poner la responsabilidad de rendir bien en un factor externo, en lugar de en nuestras manos, que es donde debería estar esa responsabilidad.
Hacete dueño de tus actos, de tu preparación y de tu rendimiento. Tachá el "Ojalá" de tu diccionario, o al menos tratá de saltearte la hoja más seguido.
"El deportista por encima de las circunstancias fortuitas. El trabajo y la preparación por encima de situaciones mágicas. La convicción más allá de la suerte"
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jueves, 22 de noviembre de 2012

Nueva Casilla de Correo

"El Psicólogo del Club" tiene nueva casilla de email para Pedidos. A partir de ahora, si querés conseguir tu ejemplar dél libro manda un correo electrónico a:
PEDI TU EJEMPLAR DE "EL PSICOLOGO DEL CLUB" A

lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Por Qué se Cae un Candidato?

Equipos que llegan a paso firme hasta la punta y, de una fecha para otra entran en un tobogán que los baja de la cima. Equipos que  hacen gala de un juego sólido, contundente, y de repente sufren un traspié inesperado que los hunde en un mar de dudas. La pregunta siempre es la misma: ¿Por qué se cae un “Candidato”?
¿El equipo se olvidó de un día para otro el libreto que lo puso en los primeros planos? ¿Los rivales descubrieron sus secretos y se acabó la magia de golpe?
Razones puede haber miles, pero a la hora de buscar un factor común, sin lugar a dudas hay que empezar a buscarlas en el “factor humano”.
Cuando un equipo se manca un par de fechas antes del final, las razones suelen apuntar a la presión y en especial a aquellos que no la pudieron manejar, con los Jugadores y el DT en la mira, claro.
La Presión… ¿Qué es la Presión? La Presión es una construcción absolutamente subjetiva, que tiene directa relación con la manera en que cada uno decodifica el estimulo externo. Así, ante la misma situación (una hinchada cantando o estar a dos partidos del final del torneo y del titulo, por ejemplo) un jugador sentirá un plus de energía, mientras que otro, por el contrario, puede sentirse demasiado comprometido con ese aliento y lucir atado.
Se puede leer en las páginas de “El Psicólogo del Club”: Cuando la presión nos desborda, nuestra capacidad de análisis y observación de la realidad se achican considerablemente, provocando que nuestra percepción de algunos hechos no sea del todo confiable, porque inconscientemente nos empezamos a enfocar en el lado oscuro o negativo de las cosas, y no en aquello que puede servirnos como disparador positivo.
Muchos, ante la crisis, piensan: ¿Y ahora cómo salimos? La crisis, en ese momento, ya está instalada y seguramente, el campeonato se perdió. Buscamos soluciones cuando el agua nos tapa, sin darnos cuenta que se podrían prevenir.
¿Cómo? Y, si el problema está en el “factor humano”, aprendiendo a trabajar sobre esas estructuras para fortalecer individual y colectivamente al grupo para que llegue fuerte a los momentos de tensión, y así la presión no contribuya a la temida situación de “Fuera de Foco”.
Y eso, generalmente, suele ser tarea del Psicólogo, ya que no todos los Entrenadores tienen la capacidad o formación necesarias para anticipar este tipo de cuestiones; y a aquellos que si tal vez la tienen, muchas veces les falta tiempo o energía para ocuparse de las vivencias de sus jugadores. Entonces… ¿Por qué no pedir ayuda y sumarle una pata más a tu equipo de trabajo?
Patear para adelante es propio de la condición humana. ¿Para que preocuparme hoy? Pero lo cierto es que esas preocupaciones o temas que dejamos para otro momento porque ahora estamos arrancando o “en la buena”, a veces se nos vienen en contra cuando la realidad nos sorprende con un resultado inesperado o adverso. ¿Por qué esperar a perder el campeonato para lamentarnos de la pérdida de control o lamentarnos de no haber apostado por la prevención?
 
Germán Diorio
Psicólogo - Especialista en Deportes
@germandiorio

lunes, 5 de noviembre de 2012

Reparto de Responsabilidades

En un país resultadista en el que se ha hecho cultura el pasarle la pelota al de al lado, una de las conductas más comunes en los grupos deportivos es exigirle a los más grandes, más reconocidos o mejor remunerados, que se carguen el equipo al hombro. Y en cierta forma, está bien. Por algo son más grandes, más reconocidos o mejor remunerados, ¿no?
Pero, ¿qué pasa cuando, por alguna razón, el funcionamiento se resiente, los “grandes o lo que fuera” no rinden en la medida de lo esperado y los resultados no se dan? La Psicología y, más aún, la dinámica de este tipo de grupos, no son una ciencia exacta, pero más de una vez nos encontramos con un equipo que, al perder sus puntos de referencia, pierde la brújula dentro de la cancha y empieza a fallar en los momentos críticos, precisamente, porque los “grandes, reconocidos o mejor pagos”, que son quienes supuestamente tienen que hacerse cargo de esos trances, no toman las mejores decisiones.
Inmediatamente, los opinadores de turno, tirarán frases como “es un pecho frío, no puede fallar en un momento así”, “con lo que gana este muchacho”, “¿qué le pasa, le tiembla el pulso cuando tiene que liquidar el partido?”, etc, etc…
Sentencias que, aunque no lleguen a oídos de los “grandes, reconocidos o mejor pagos”, están ahí, flotando en el ambiente, y empiezan a generar el efecto bola de nieve, que desencadena que: el jugador que está o se siente presionado, se propone tomar la próxima última pelota, pero cuando la tiene vuelve a sentir todo el peso del equipo sobre sus hombros y vuelve a fallar, vuelve a escuchar los murmullos (que a veces son insultos, silbidos y demás), su propio autoreproche, los retos de su entrenador, las caras de preocupación de sus compañeros, la queja de algún dirigente y tantas otras cosas más… Así, hasta que le llegue el momento de volver a tener una nueva última bola, en la que el peso acumulado seguramente volverá a jugarle en contra.
Piense… Situaciones como estas se dan a diario en equipos de todos los deportes. 
A veces, las menos, el “grande, reconocido o mejor pago” tiene la suerte de acertar una de esas pelotas decisivas, y el efecto sanador del acierto le quita mágicamente el peso de los hombros, por lo que todo vuelve a la normalidad, porque el grupo vuelve a asentarse sobre sus basamentos naturales. Pero en la mayoría de los casos, no hay acierto salvador ni sanador, y la bola de nieve se hace más y más grande.
Y ahí los opinólogos apuntan hacia otro lado, pasándole la pelota al entrenador, que a veces tampoco puede desentrañar por donde tiene que empezar a desarmar la bola de nieve.
Respuestas, seguramente, habrá tantas como grupos y situaciones tengamos delante, pero a la hora de buscar una herramienta para implementar ante la mayoría de las “bolas de nieve”, una de las claves pasa por realizar un nuevo “Reparto de Responsabilidades”.
Está claro que al “grande” le está pesando decidir, pero tal vez ese peso o falta de energía tenga que ver con que tiene que hacer demasiado desgaste a lo largo del partido, tomando más decisiones en su afán por cargarse el equipo al hombro, y desgastándose más de lo necesario, lo que lo hace llegar al momento crítico sin las fuerzas ni la claridad necesarias para enfrentar ni más ni menos que “su” responsabilidad.
Reparto de Responsabilidades”. Suena raro, pero no es tan difícil. Los “grandes, reconocidos o mejor pagos” están para poner ese plus por el cual se los llegó a considerar “grandes, reconocidos o mejor pagos”, pero cuando se trata de juego de equipo, es vital darle posibilidades de crecer y asumir responsabilidades a todos los actores, en todos los ítems que rodean a la vida del grupo (entrenamiento, convivencia, partidos, etc); porque sino, el peso se reparte mal, unos cargan demasiado y otros muy poco. El que carga poco se acostumbra a que su aporte no sea vital, y el que carga mucho a la larga se cansa y se satura.

Más data sobre el "Reparto de Responsabilidades en "El Psicologo del Club"
Pedidos a liliproms@hotmail.com

jueves, 1 de noviembre de 2012

Manos a la Obra - Trabajá Tu Cabeza

“No tengo Confianza”
“No logro estar enfocado / concentrado todo el partido”
“Cuando algo no sale como quiero entro en una pendiente negativa de la que no puedo salir”
“No consigo tener buena relación con el Entrenador / mis compañeros”
“Estoy desmotivado”
Esto que sentís, inevitablemente atenta contra tu capacidad de rendir  satisfactoriamente o de crecer y potenciar tu rendimiento deportivo. Y aunque hoy te parezca algo difícil o imposible de controlar o superar, tiene arreglo.
Salir de estas “crisis” o “pozos” demanda algunos pasos: 1) reconocer el problema o bloqueo; 2) proponerte cambiar; 3) buscar ayuda.
Si, buscar ayuda.
El tiempo, un consejo o tener un partido inolvidable, pueden ayudarte a volver a la senda de la felicidad deportiva, pero… ¿Por qué esperar si se puede trabajar y encarar el problema para solucionarlo con mayor celeridad? Y más aún, ¿por qué seguir empantanado o gastar energías contra esas supuestas falencias, si podemos aprender a solucionarlas y prevenirlas?
La Psicología Deportiva ofrece hoy esas herramientas. ¿Qué es lo que te está frenando?
Ya ni siquiera la distancia suena como una excusa valida. Podes trabajar todo aquello que te molesta a distancia, usando la misma herramienta que te conecta con el mundo: tu computadora.
La Cabeza y el Trabajo Mental son, hoy por hoy, el mayor atributo que tienen los grandes deportistas. Basta mirar a los verdaderamente grandes para ver que, más allá de su talento, son lo que son porque tienen la cabeza bien puesta.
Vivimos a mil y muchas veces, lo que nos angustia, presiona, bloquea o frena nuestro crecimiento, es tan evidente que nos cuesta aceptar que con un pequeño cambio podemos desatar una ola de bienestar y mejoras.
Dice Luis Scola en el prólogo de mi libro, “El Psicólogo del Club”:  Yo siempre digo que un jugador es la mezcla de tres cosas: físico, talento y cabeza. De acuerdo a cuanto de cada uno de los elementos tenga es el tipo de jugador que nos encontramos... Sin embargo la cabeza o la mentalidad son cosas mucho más difíciles de ver y también más difíciles de trabajar… A veces en la vida de un deportista es difícil ver cuánto influye la cabeza en una situación determinada, pero créanme que hace una gran diferencia… Una buena cabeza, tanto para mí como para muchos otros es la clave del éxito”.
Entonces… ¿Qué estás esperando para probar o aprender a trabajar esa cabeza? La diferencia entre disfrutar y sufrir dentro de la cancha es muy pequeña, y está claro que un deportista rinde más cuando disfruta lo que hace.
Salí del letargo. Ponéte a trabajar. Se responsable directo de tu crecimiento, solidez o de esa anhelada explosión.
Clínicas, Jornadas, Seminarios, Sesiones Presenciales o a Distancia (a través de Internet). Todas las herramientas son válidas para aprender de una vez a dirigir la cabeza hacia donde queremos y a controlar las emociones para que no nos jueguen en contra.
El deportista por encima de las circunstancias fortuitas. El trabajo y la preparación por encima de situaciones mágicas. La convicción más allá de la suerte.

Germán Diorio
Psicologo – Especialista en Deportes
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@germandiorio
www.elpsicologodelclub.blogspot.com