El fútbol, en
Argentina, tiene una dinámica muy especial. Vivimos con el diario del lunes en
la mano y lo que ayer era una preocupación hoy puede tener un desenlace
tragico, del mismo modo que el logro de ayer muchas veces queda sepultado por
la falta de tiempo para festejar y los nuevos compromisos.
Boca y San
Lorenzo, en las ultimas fechas, mostraron algo de esto. Boca, afectado por el
sindrome de “escoba nueva barre bien”, y San Lorenzo por el lógico bajón que
viene después de alcanzar un logro de los grandes.
Los dirigentes de
Boca decieron patear el tablero echando a Bianchi en medio de la semana, y casi
sin tiempo para nada le pasaron la posta al Vasco Arruabarrena, un viejo
conocido del club. El DT aceptò el desafio y su equipo, con apenas dos
entrenamientos, le quitó el invicto a Velez, pero Arruabarrena no se subió al
pedestal, y con los pies sobre la tierra declaró: "En dos entrenamientos no
podés hacer mucho ni cambiar la cabeza. La actitud, intensidad y compromiso que
tuvieron es mérito exclusivo de los jugadores. Los chicos supieron revertir la
situación con buen juego y eso no se logra en dos entrenamientos".
Y si… ¿O no?
Humilde y
realista el Vasco, sabe que eso de “escoba
nueva barre bien” tiene límites, pero también debe tener claro que también
es cierto que en el deporte y en la vida de los grupos tiene algo de asidero.
Si me dan a
elegir, yo prefiero poner el foco de observación en un tema clave: el Clima de
Trabajo.
Es que el Clima de Trabajo es decisivo
para la vida de los Grupos y Equipos. Muchos líderes no le dan toda la atención
que el tema merece, y lo cierto es que cuando el Clima se enrarece, la
capacidad de Foco y Motivación caen y eso
pone en riesgo las posibilidades de tener buenos rendimientos
individuales y colectivos. Y ahí, tal vez, podemos encontrar algún punto de
contacto con aquello de "escoba
nueva barre bien". A veces no es el cambio de Líder, sino el que se
produce en la intimidad del grupo respecto a sus propias expectativas y ganas,
que en muchos casos se potencian con el cambio de entrenador.
El folclore popular suele hablar de “le hicieron la cama”, al ver que un
equipo que venía jugando mal, fundamentalmente sin actitud, en un par de
prácticas y de un partido para otro luce transformado, como le pasó este fin de
semana a Boca, por ejemplo. Pero lo cierto es que hay varias razones que van en
contra del “hacer la cama” que tanto
se escucha cuando pasan estas cosas. Y
podemos detenernos en conocidísimos conceptos como “el jugador es lo mas noble que tiene el deporte”, “a nadie le gusta
perder” o, sin ir mas lejos, pensar en lo difícil que puede resultar montar
una confabulación en planteles integrados por tantos jugadores con apetencias y
realidades distintas.
¿Por qué no buscar una razón más sana y
fácil de comprender como darle valor al “Clima
de Trabajo”?
El Buen Clima, por otra parte, favorece las relaciones, la
comunicación entre los integrantes del grupo y, sobre todo, el Compromiso de
los integrantes del Grupo con los intereses del Equipo.
¿Y San Lorenzo? ¿Qué pasa en el Bajo
Flores entonces? Porque ahí, después de ganar la copa, lo que sobra es buen
clima… Si, cierto, pero en este caso hay que poner la mira en algo lógico y
absolutamente esperable: el bajón que viene con la relajación que llega después
del gran logro. Cuando uno sube a la cima de una montaña, lo primero que quiere
es disfrutar lo alcanzado, y lo que necesita es descansar para reponer fuerza.
Bueno, nada de esto ha podido hacer la gente de Bauza, porque en horas nomás
les pidieron que pongan la cabeza en el torneo local, y asi les va pobres.
Después de un gran logro o de un gran esfuerzo,
es vital recuperar las energías, porque la cabeza no puede trabajar de la misma
manera que antes. Lo ideal es el descanso, luego de la obra consumada, pero en
el fútbol argentino no hay tiempo para relajarse, ya que inmediatamente hay que
volver a empezar. Entonces, el problema principal pasa por volver a recuperar
el apetito, el hambre de gloria en las cosas mundanas, las de todos los días.
Volver a disfrutar de lo cotidiano, de salir a ganar los domingos, y, la pucha
si es difícil, ¿no?
Lo peor en estos casos es seguir tirando de la
misma cuerda. Porque cuando alcanzás el pico de la motivación mental y física,
la caída es inevitable. Te relajas, baja el nivel, bajan las defensas, aparecen
las lesiones y cuesta concentrarse. Es el momento de parar la pelota y buscar
otras metas. Es el momento de tener paciencia. La pregunta es: ¿Se puede?
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