viernes, 30 de mayo de 2014

Aprendiendo a Valorar... se

Disfrutar los Logros debería ser materia obligatoria en todos los procesos formativos en los Equipos deportivos. Increíblemente, y aunque parezca mentira o producto de la exageración, uno de los principales déficit que suele tener el deportista común es poner la Sobre exigencia por encima de la Capacidad de Disfrute. “Hay que exigirse mas”, nos dicen en todas y cada una de las sesiones de entrenamiento, y está bien, el tema es que muchas veces nos acostumbramos tanto a exigirnos una serie más, un esfuerzo más, que terminamos perdiendo el equilibrio al punto de no disfrutar las metas (pequeñas o grandes) que alcanzamos, y eso, de alguna manera, no hace otra cosa que atentar contra nuestra propia capacidad de regenerar energías.
Disfrutar los logros es para el deportista tan vital como la alimentación y el descanso después de la competencia.
El tema es que, por mala formación social tal vez, suele costarnos mucho disfrutar y valorar lo que conseguimos. Vivimos en la era del “te pago para eso”. Esa era en la que recibís una terrible reprimenda por el error cometido, pero ni un “Gracias” o “Bien hecho” ante la innumerable cantidad de cosas que hacemos bien a diario en el mismo ámbito. Y eso, a la larga, genera en la persona un tipo de respuesta no del todo favorable, que suele corrernos hacia el lado de los que no disfrutan, no se premian o no valoran ni dimensionan correctamente lo alcanzado. Gastamos toda la nafta del tanque para conseguir el objetivo, pero si no llegamos a la meta la “depre” es tan grande que nos impide darnos cuenta que hay que preocuparse por llenar el tanque nuevamente, y que el mejor combustible con que podemos llenarnos es valorar correctamente los logros alcanzados.
Hace algún tiempo, escribía en este mismo espacio que “El Ganador siempre quiere más; ya que eso precisamente, es lo que convierte en tal”, y esa es una de las razones por las cuales a veces les cuesta dimensionar correctamente aquellos logros que no vienen de la mano de una copa o una medalla. “Las derrotas golpean duro a este tipo de deportistas, pero lo que los hace diferentes es que cuando pasa la bruma del dolor, no dejan de hacer el Tercer Partido (http://
elpsicologodelclub.blogspot.com.ar/2010/11/los-tres-partidos.html
); con un análisis profundo, frío y detallado de las razones que los llevaron hasta allí”. Si, el famoso “Tercer Partido” del que nunca me cansaré de hablar o escribir.
Es que en muchos casos ese "no alcanzar" es lógico y hasta esperable, debido a que el poderío del rival hace que el camino hacia esa meta sea muy difícil de transitar. En el proceso de preparación, solemos hacer equilibrio entre reconocer las chances reales de alcanzar la victoria y el deseo que nos lleva a trabajar sobre nuestras aptitudes, autoestima y confianza para alimentar la convicción de que “si, es posible”. Es parte del juego, como también lo es no alcanzar ese sueño. Pero la clave es que, pasada la bruma, llegue el análisis, y con él, además del aprendizaje, venga esa importantísima recarga emocional que viene de la mano de “Valorar lo alcanzado”.

Deportivo Berazategui viajó a Ecuador con una meta: conseguir un lugar entre los cuatro mejores equipos de básquet femenino de Sudamérica. Lo hizo sin resignar algunas convicciones (“vamos con lo nuestro, sin refuerzos”), sabiendo que eso les iba a dar un plus importante (ser y sentirse un verdadero Equipo), pero que al mismo tiempo las iba a exponer ante rivales que, haciendo gala de un mayor poderío económico, encararían el torneo con planteles muy reforzados. Clasificó a semifinales ganando los tres partidos de su grupo, incluyendo al dueño de casa (UTE), pero luego cayó en los dos cruces siguientes. “Caballo que alcanza, ganar quiere” dice el refrán, y las chicas de Juan Ferreira soñaron seguramente con dar un paso más. El “Ganador” sufre cuando no alcanza el sueño, pero un “Ganador” con todas las letras, valora lo logrado y aprende de la experiencia.
Dimensionar y disfrutar correctamente los logros es la mejor vitamina para el espíritu, ya que con las "pilas cargadas" la auto crítica suele ser más justa y productiva de cara al futuro. Tomar distancia, mirar en perspectiva, fríamente para poder dimensionar correctamente, sin que esto implique alejarse o privarse de disfrutar de las sensaciones placenteras que vienen de la mano de los resultados positivos, más allá de lo que circunstancialmente puedan marcar las tablas de posiciones.

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