"Estoy
listo, pero el Entrenador no me larga a la cancha".
El jugador jóven, con hambre y ganas, y seguramente apoyado por el trabajo
diario, sueña, desea, anhela que le den pista. Pero los tiempos del Entrenador
muchas veces no van en la misma sintonía.
El entorno, con las mejores intenciones, apoya al
jugador y a veces, sin quererlo, carga pilas contra el DT, y el caldo se
empieza a espesar en la olla del novel deportista, que sigue esperando su
chance, cada vez más impaciente…
La Impaciencia no suele ser buena consejera en los procesos de
formación, crecimiento o maduración. Fundamentalmente, porque es generadora de
sensaciones que, en la mayoría de los casos, nos alejan de las condiciones
ideales para rendir a pleno. El impaciente suele entrar en un estado de espera
ansiosa que altera su ecosistema provocando alteraciones en temas vitales como
el descanso, la alimentación o la administración de su tiempo libre.
Saber esperar la oportunidad es una de
las mayores virtudes de los "Grandes". Y “saber esperar” es un
concepto amplio, que va desde el saber esperar la oportunidad de saltar a la
cancha hasta saber esperar con la actitud correcta que la pelota llegue a tus
manos para convertir o tomar la mejor decisión posible. Saber esperar… En el
mejor estado, porque solo así habrá garantías, o al menos más chances, de que
la toma de decisiones sea la correcta.
La Impaciencia, el querer todo ya,
suele ponernos caprichosos en situaciones en las que el capricho nos empuja
hacia el callejón sin salida.
Saber cuál es nuestro lugar, y sobre
todo, saber como convencer al otro, son las llaves que suelen abrir la puerta
hacia la consecución del logro (grande o pequeño) para el cual venimos
trabajando.
A veces pensamos que "ya estamos
listos", pero parte del proceso de maduración es aprender a convencer al
otro que realmente lo estamos. Ya que si el otro no lo siente, podemos caer
situaciones como:
- ponernos más insistentes de lo
aconsejable, cansando al responsable de darnos eso que tanto queremos.
- conseguir el permiso o la
habilitación pero sin que parta del convencimiento del otro, lo que va a
redundar en que el nivel de confianza con que nos dan la posta no sea el ideal.
Saber esperar. Ser Paciente…
Según el diccionario, La Paciencia es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún
bien.
De
acuerdo con la tradición
filosófica, Paciencia "es
la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de lo que sufra el hombre no se deja dominar por él".
La Impaciencia, querer adelantar procesos o pasos, no suele llevarte a buen
puerto. ¿Por qué dejarte dominar por ella entonces?
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