Pero
hablaba en el arranque de las “enseñanzas”, ya que si nos quedamos en la
condición de fenómeno de nuestro protagonista seguramente vamos a caer en el
error común de pensar que lo que hizo Ginóbili
es imposible para el resto de los mortales, y la verdad que no es así.
¡Alto!
Concédanme unas líneas más antes de tirarme con algo. Intentaré explicar que,
de todo lo que hizo Manu en el épico
quinto juego contra Miami, podemos hacer todos los mortales. Y créanme que lo más
importante, la esencia o lo que llevó a Ginóbili
a romperla toda, está a alcance de los comunes como nosotros.
No
hablo de puntos, asistencias, rebotes ni nada por el estilo, sino puntualmente
de la capacidad de reciclarse de un partido para otro. Porque lo que lo llevó a
jugar como lo hizo no está en su mágica zurda, en sus penetraciones ni en el
latigazo con que suele habilitar a sus compañeros. No señor… Lo
más importante es la capacidad que tuvo Manu para apretar el botón de “reset”
en su máquina, para reencontrarse con su mejor versión. Pero claro,
para apretar el botón de “reset” hay que sortear una serie de pasos: 1) darse
cuenta que estas tildado o trabado; 2) reconocer que necesitas resetearte; 3)
decidirte a apretar el botón; 4) hacerlo. Y aquí algo aún más importante: para
apretarlo, hay que saber dónde está ese botón… Hay que conocerse, para saber de
qué manera puedo reencontrarme con mi esencia, con mi mejor versión. Y eso, que
parece patrimonio de los grandes como Ginóbili,
en realidad, está al alcance de todos.
El
deporte de alta competencia, por su marco de presiones constantes, muchas veces
suele sacarnos de nuestro Eje. Es capaz de desestabilizar al más pintado,
sencillamente porque somos humanos y todos podemos tener debilidades o algún
mal momento. Muchos deportistas de alta competencia siguen dependiendo del
clima que viene de afuera a la hora de encarar su motivación o proceso de
enfoque para un compromiso, cuando en realidad, los libros marcan que lo ideal
sería aprender a reconocer “cuál es tu mejor estado” para, a partir de allí,
elaborar mecanismos que te permitan “conectarte con él cuando lo necesites”.
Ginóbili, en teoría, no llegaba al 5to
juego con Miami en las mejores condiciones. El mismo reconoció a los
periodistas que no estaba mentalmente tan fuerte como en otras ocasiones. No
estaba jugando bien y la prensa estadounidense parecía caerle encima mientras
la argentina hacía fuerza soñando que el ídolo renaciera de las cenizas. Y así
fue… Después, con el diario del lunes, hubo quienes atribuyeron la resurrección
a la decisión del entrenador Popovich
de ponerlo entre los titulares por primera vez; a la ovación que recibió del
público de San Antonio; a que metió su primer lanzamiento; y podemos seguir
buscando razones, válidas y por ende dignas de ser tenidas en cuenta, pero sin
lugar a dudas la más importante es que Emanuel
se encontró con Manu, y en ese
reencuentro no tuvo lugar en la cancha, sino en lo profundo de la persona.
“Lo necesitaba mucho – confesó Manu
a Básquet Plus luego de su épica actuación, a propósito del gran regalo que se
hizo así mismo en el Día del Padre -, pasé
un buen tiempo llenándolos de besos a mis hijos para valorar aún más el hecho
de estar acá. A veces uno vive en una vorágine estando acá en la NBA y en un
despelote mental por así decirlo, entre presión, entre lo que tenés que hacer,
en cómo defender a tal, cuando tenés a Wade, cuando tenés a Allen, lo tenés que
hacer en ataque… y perdés un poquito de vista que estás jugando una final de la
NBA y que por ahí hay que valorarlo un poco más. Dar un paso al costado, un
ratito aunque sea, y decir “estoy en el lugar donde todo jugador de básquet del
mundo quiere estar”. Entonces, con mis hijos y pensándolo y demás, es como que
lo valoras más y que lo haces de mejor onda, no solo sufriendo y estando
preocupado. Así que creo que eso ayuda también”.
Regreso a las Fuentes.
Tomar distancia para enfocar las cosas como se merecen, para poder encararlas
con más y mejor onda, sin tanto sufrimiento. La clave, entonces, no está tanto
en si entró o no el primer tiro o en todas las pequeñas grandes cosas que
pasaron y obviamente sumaron lo suyo para que podamos disfrutar del mejor Ginóbili, sino en que Emanuel, en la intimidad de su hogar,
se reencontró con Manu.
Saber apretar a tiempo el botón de “reset” puede ser clave, porque
hacerlo oxigena y nos permite mirar las cosas con mayor claridad.
¿Qué es lo que te impide
hacerlo? ¿Sabés dónde está tu botón de “reset”? ¿Cuál es tu mejor estado para
la práctica deportiva? Cuantas preguntas, ¿no? Lo mejor del caso, es que aunque
parezca lo contrario, no es tan difícil encontrarles respuesta.
3 comentarios:
Muy bueno Germán. Una vez queda claro que la cabeza termina siendo decisiva en todo momento de una actividad deportiva, y ser inteligente para manejar ciertas situaciones pueden ser más importantes que tener una mejor cualidad técnica o física.
Hola German! Soy Gastón de Bahia Blanca, casi-psicologo y amante del deporte, actualmente jugador de hockey y entrenador de arqueros en El Nacional. Estuve leyendo todos tus articulos y la verdad que son excelentes!! Muy buenas las herramientas que brindas para trabajar sobre algo que hoy es nuevo para muchos y que otros no tienen en cuenta, que es la psique del ser humano y como afecta en lo deportivo.
Vi que tenes un libro tambien, como lo consigo? me gustaria tenerlo.
Te dejo mi mail, te agradeceria que me guies en cómo conseguirlo: gabo.bauchi@gmail.com
Te mando un fuerte abrazo!!
Gracias a ambos por sus comentarios. El libro se consigue por pedido via mail a elpsicologodelclub@hotmail.com
Abrazos para ambos.
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