El Jugador no rinde, no crece, no explota, no se adapta, no se recupera
de un error cometido, se acelera por demás o se paraliza cuando tiene que tomar
decisiones… Y el factor común para este tipo de conductas, generalmente, suele
ser la Falta de Confianza. Sin
Confianza todo eso resulta difícil de conseguir, de allí que sea tan importante
aprender a construir, alimentar o defender la Confianza en si mismo. Pero… El
mundo del deporte está lleno de frases, sentencias y códigos antiquísimos, que
atentan contra las posibilidades del deportista de conseguirla.
Uno de esos ejemplos es aquel viejísimo mandato con el que entrenadores
y jugadores intentan cubrir sus deficiencias en el terreno comunicacional: “No pregunto cuando me pone, tampoco lo hago
cuando no me pone”, dice el jugador; respondiendo al también conocidísimo y
harto escuchado “si no me preguntás
cuando te pongo, tampoco lo hagas cuando no te pongo”. Un código de respeto
sano, pero antiguo que provoca serios cortocircuitos en los jóvenes, ya que en
la era de la información, en la que los chicos parece venir de fábrica con un
teléfono inteligente que los ayuda a responder al instante todos sus
interrogantes, el DT les plantea o impone que no deben preguntar por qué no
juegan, o lo que es peor, por que juegan cuando les toca hacerlo.
“Siempre fue así” suelen decir
los DT amparándose en esos códigos con los que se formaron y en los que creen
ciegamente, sin reparar que los tiempos cambiaron, o que los jóvenes de ahora,
abarrotados de información, son mas dispersos y a veces necesitan un poco mas
de data para ayudarlos en su camino.
Sin quererlo, este y otros tantos viejos postulados, conspiran a diario
contra las posibilidades del jugador de “construir
confianza”, porque dicha confianza tiene relación directa con la mirada del
entrenador, o lo que es lo mismo, con el tiempo en cancha que tenga el jugador.
En consecuencia, si juego, mi confianza aumenta, y si no lo hago, decrece. Pero
los deportistas de hoy muchas veces necesitan un plus de información para saber
hacia donde enfocarse en su camino de mejora, ya que cuando no lo tienen puede
fallarles el GPS, provocando retrasos en su crecimiento, evolución,
recuperación y demás.
Un Entrenador atento a generar empatía y abrir canales de comunicación
con sus jugadores allana mucho el camino, pero lo cierto es en la mayoría de
los casos, los DT no tienen tiempo para ocuparse de la gestión de personas que
demanda su labor, o no poseen las herramientas o conocimientos para hacerlo, dejando
sin querer al jugador a la deriva; y esto no solo se observa en la etapa
formativa, sino también, aunque parezca mentira, estos problemas
comunicacionales suelen bloquear a profesionales experimentados en medio de una
temporada.
¿Y entonces? Entonces, el jugador debe / puede prepararse por su cuenta
para que estos piquetes emocionales no le jueguen una mala pasada, trabajando
sobre su ansiedad, su capacidad de generar empatía, optimizando sus vías de
comunicación y, sobre todo, fortaleciendo sus convicciones y la armadura para
que los estímulos externos no lo saquen tan fácilmente del camino trazado.
Cualquier duda, consulte a su psicólogo amigo…
1 comentario:
Esto puede ser lo que diferencia a un deportista de otro,la personalidad versatil,de la personalidad innata,el caracter,la motivacion,la concentracion,competitividad intrinsica,cualidades innatas que son las que marcan la diferencia...
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