martes, 9 de octubre de 2012

Construyendo Confianza

Una de las frases más escuchadas en el mundo deportivo, cuando un deportista no rinde en la medida de lo esperado es: “Me Falta Confianza”.
El Jugador no rinde, no crece, no explota, no se adapta, no se recupera de un error cometido, se acelera por demás o se paraliza cuando tiene que tomar decisiones… Y el factor común para este tipo de conductas, generalmente, suele ser la Falta de Confianza. Sin Confianza todo eso resulta difícil de conseguir, de allí que sea tan importante aprender a construir, alimentar o defender la Confianza en si mismo. Pero… El mundo del deporte está lleno de frases, sentencias y códigos antiquísimos, que atentan contra las posibilidades del deportista de conseguirla.
Uno de esos ejemplos es aquel viejísimo mandato con el que entrenadores y jugadores intentan cubrir sus deficiencias en el terreno comunicacional: “No pregunto cuando me pone, tampoco lo hago cuando no me pone”, dice el jugador; respondiendo al también conocidísimo y harto escuchado “si no me preguntás cuando te pongo, tampoco lo hagas cuando no te pongo”. Un código de respeto sano, pero antiguo que provoca serios cortocircuitos en los jóvenes, ya que en la era de la información, en la que los chicos parece venir de fábrica con un teléfono inteligente que los ayuda a responder al instante todos sus interrogantes, el DT les plantea o impone que no deben preguntar por qué no juegan, o lo que es peor, por que juegan cuando les toca hacerlo.
“Siempre fue así” suelen decir los DT amparándose en esos códigos con los que se formaron y en los que creen ciegamente, sin reparar que los tiempos cambiaron, o que los jóvenes de ahora, abarrotados de información, son mas dispersos y a veces necesitan un poco mas de data para ayudarlos en su camino.
Sin quererlo, este y otros tantos viejos postulados, conspiran a diario contra las posibilidades del jugador de “construir confianza”, porque dicha confianza tiene relación directa con la mirada del entrenador, o lo que es lo mismo, con el tiempo en cancha que tenga el jugador. En consecuencia, si juego, mi confianza aumenta, y si no lo hago, decrece. Pero los deportistas de hoy muchas veces necesitan un plus de información para saber hacia donde enfocarse en su camino de mejora, ya que cuando no lo tienen puede fallarles el GPS, provocando retrasos en su crecimiento, evolución, recuperación y demás.
Un Entrenador atento a generar empatía y abrir canales de comunicación con sus jugadores allana mucho el camino, pero lo cierto es en la mayoría de los casos, los DT no tienen tiempo para ocuparse de la gestión de personas que demanda su labor, o no poseen las herramientas o conocimientos para hacerlo, dejando sin querer al jugador a la deriva; y esto no solo se observa en la etapa formativa, sino también, aunque parezca mentira, estos problemas comunicacionales suelen bloquear a profesionales experimentados en medio de una temporada.
¿Y entonces? Entonces, el jugador debe / puede prepararse por su cuenta para que estos piquetes emocionales no le jueguen una mala pasada, trabajando sobre su ansiedad, su capacidad de generar empatía, optimizando sus vías de comunicación y, sobre todo, fortaleciendo sus convicciones y la armadura para que los estímulos externos no lo saquen tan fácilmente del camino trazado.
Cualquier duda, consulte a su psicólogo amigo…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto puede ser lo que diferencia a un deportista de otro,la personalidad versatil,de la personalidad innata,el caracter,la motivacion,la concentracion,competitividad intrinsica,cualidades innatas que son las que marcan la diferencia...