El tema es que, uno de los vicios más comunes en los
deportistas de alta competencia es hacer girar TODA su vida en derredor de la
actividad deportiva. El deportista viene programado con el chip de la carrera corta,
y por ende entiende que debe vivirla intensamente, y si bien eso es en cierta
forma así, en ninguna página del manual dice que hay que vivir solamente para
el deporte.
Es muy común encontrarnos con deportistas que
sostienen que cuando juegan bien, todo fluye en su vida personal, en tanto que
cuando deportivamente les va mal o no tan bien, todo su mundo relacional y si
vida privada empiezan a sufrir trastornos de algún tipo.
El resultado manda, y el foco está tan puesto en el
trabajo (deporte) que ese “cuando juego mal me va mal” se traslada a los
entrenamientos, al punto que una mala practica suele tener como correlato una
mala tarde en casa.
En términos de causa y efecto, a un mal entrenamiento
le siguen momentos desagradables, porque en lugar ir a casa a buscar consuelo o
un cambio de clima, el malhumor suele gobernarnos y ponernos ante la incómoda
situación de pasarla mal, como si lo que buscáramos fuera una especie de
autocastigo por el mal desempeño. Entonces nos pasamos el tiempo hasta la próxima
practica / partidos sumidos en pensamientos negativos, comemos mal y
descansamos peor, como si eso fuera a garantizarnos que al otro día vamos a
rendir como deseamos.
¿Entonces? El problema pasa porque tenemos las
polaridades / prioridades invertidas. No se trata de Juego Bien – Estoy Bien,
sino de tratar de aprender a estar Bien en mi vida personal, para poder rendir
bien en el deporte.
En términos matemáticos, un entrenamiento de 3, 4 o 5
horas no tendría que tener el poder de condicionarnos para el resto del día. Se
trata de aprender a dar vuelta la pagina, despojarnos de las emociones
negativas que nos dejó el mal momento (entrenamiento o partido) para luego
buscar las razones que nos llevaron a rendir lejos de lo esperado, para así, con
tranquilidad, generar estímulos que nos sirvan para provocar el cambio.
En términos mas profundos, gobernar nuestra vida mas allá de los resultados, en lugar de dejar que los resultados gobiernen nuestra vida.
Si jugué o me fue mal, es mucho mas saludable buscar en casa o mi vida personal, elementos que me permitan despejarme, limpiarme de las emociones negativas y cargarme con emociones positivas, para así poder descansar y reciclar la cabeza para ir a la próxima practica o partido en condiciones de rendir bien.
Se trata de cuidar tu vida personal y de relaciones
para poder encontrar en ella el descanso necesario para reponer fuerzas cuando
las cosas no salen. De allí que sea tan importante encontrar tus momentos de
paz, diversión y crecimiento, más allá de lo estrictamente deportivo.
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