Mi respuesta suele ser siempre la misma, casi de
manual: La mejor herramienta para superar con éxito estos trances es “Fortalecer el Compromiso Grupal”.
Compromiso con los objetivos a alcanzar como Equipo, con las propias metas y
con las del compañero. Allí suele estar la llave que abre la puerta que lleva
hacia el plus de motivación o actitud que se necesita en los momentos decisivos,
ese plus que se verá reflejado en un aumento de la capacidad de Foco o
Concentración y, seguramente, en un incremento proporcional de la actitud o las
ganas de dejar la vida en cada pelota, o de aportar lo que esté a mi alcance
para mejorar la performance del Equipo.
Si, porque un jugador comprometido no se guarda nada.
Pone todo, desde lo individual (cuidados, preparación física, táctica, etc.) y
tampoco retacea en lo grupal (valora su aporte en la convivencia y si tiene
alguna receta o propuesta táctica o técnica, la tira sobre la mesa) porque lo
único que quiere es que al Equipo le vaya bien.
“Si tuviera
jugadores así te firmo el campeonato”, me dijo una vez un Entrenador. Y la
verdad es que con jugadores así es mucho más fácil. No en vano los grandes
equipos de la historia suelen estar integrados por deportistas moldeados por
esa vara, siendo uno de los ejemplos más claros el de la Generación Dorada del básquet.
Pero el Compromiso no es algo que se consiga por arte
de magia, o gracias a que el equipo se vaya formando (intencionalmente o de
casualidad) con jugadores “comprometidos”. El Compromiso es algo que se puede
generar desde la cabeza, si el Líder tiene la capacidad y los conocimientos
para ir trabajándolo e inculcándolo desde los primeros pasos de la vida del
Grupo. El tema es que generalmente, dejamos que el Grupo “se vaya armando”, en
lugar de tomar acción directa sobre el armado, para hacerlo a nuestro gusto, de
manera tal que los conceptos puedan ser inculcados como realmente queremos, para
ir generando ese anhelado Compromiso.
La llegada de la crisis siempre da pie para la
apertura de los interrogantes que citaba en las primeras líneas de la nota. Y
está bien o es normal que así suceda. Pero… ¿Y si en lugar de esperar que
lleguen esos momentos trabajás desde el arranque en la gestación de mecanismos
o herramientas que puedan servir cuando aparezcan las dudas que vienen en el
paquete de estas instancias?Se puede… O, mejor dicho, deberías hacerlo. Es tu responsabilidad. Si no sabés o no tenés las herramientas. Pedí ayuda. Si lo hacés para aprender un ejercicio, un fundamento técnico nuevo o para aprender un nuevo sistema de ataque o defensa, ¿por qué no ponerle energía y cabeza a aprender y mejorar tu manejo de personas? ¿Por qué esperar a que llegue el “momento decisivo”, si de movida podés generar Compromiso y herramientas de identidad en tu Equipo que sirvan para capear los temporales que se desatan en estos trances?
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