Muchos deportistas de alto rendimiento o de fin de
semana dan enormes ventajas por no conocerse, de allí que suela insistir tanto
en la necesidad de alcanzar el autoconocimiento,
que en términos prácticos no es otra cosa que tomar contacto con las cosas
que te hacen bien o te potencian y conocer aquellas que no te hacen bien y por
ende atentan contra las posibilidades de llegar bien al compromiso deportivo.
Si, lo que parece obvio, conocerse para potenciarte o
evitar entrar innecesariamente en contacto con cosas que no te hacen bien en la
previa de un partido, por ejemplo, no lo es tanto, y más de una vez el
deportista da ventaja o atenta contra si mismo por el simple hecho de no
conocerse.
Ejemplos hay millones, porque todos en algún momento
seguramente fuimos protagonistas del auto boicot, que no es algo profundo o
rebuscado, ya que muchas veces tiene que ver con cosas simples, de todos los
días, que por no ser tenidas en cuenta nos llevan al temido “Fuera de Foco”.
Así, por ejemplo, si lo que me distrae es el entorno, tendré que tenerlo
controlado o armar una rutina previa que me permita no llegar al Club pendiente
de él. Si juego mejor cuando encaro los partidos relajado y de buen humor, será
pertinente adaptar la previa hacia ese lado en lugar de a meterme en
situaciones de enojo o concentración extrema que me saquen de mi estado ideal;
o como contrapartida, si lo que mejor me entona es estar concentrado al límite
del aislamiento o el enojo, tendré que operar mecanismos a tal efecto para
buscar mi conexión con esos estados, sin que ello me ponga fuera de sincro con
mis compañeros; y podría seguir tirando ejemplos indefinidamente.
Conocerse, para
Potenciarse. Parece sencillo… Debería serlo, pero
no es tan común como debería.
Siempre hablamos de la necesidad de estar En Foco,
Concentrado, Metido, pero sin querer atentamos contra ello por desconocer cuál
es nuestro mejor estado. Nos vamos o nos corremos de nuestro Eje, y en lugar de
tratar de volver a él corremos en la dirección contraria aumentando nuestra
sensación de malestar, desconcierto o inseguridad. Y, ¿Qué es el EJE? Ni más ni menos que mi Estado de Equilibrio Personal, mi Base de Sustentación, mi Esencia. Es aquello que se va
construyendo a lo largo de la vida, a partir del aprendizaje emocional, de
experiencias, de contenidos y conocimientos.
El EJE se
va enriqueciendo a diario. Es como una planta que necesita cuidados, y depende
de nosotros engrosarlo y hacerlo firme; y obviamente también de nuestros
educadores (padres, maestros, entrenadores), sobre todo en los primeros años. Todos tenemos un EJE, algunos más
sólido, rico o visible que otros, y es a partir de él que vamos a poder
construir, por eso es tan importante conocerse, porque reconociendo quienes
somos, de qué estamos hechos, qué nos hace bien o pone mejor, es que vamos a
poder iniciar la anhelada rueda de crecimiento continuo.
Estudiar, enriquecerse y ampliar horizontes es muy
importante para que el EJE de nuestra vida no gire solamente en torno a una
sola visión de mundo.
Conócete. Cuida tu EJE, porque estando en EJE, en
equilibrio, con los pies bien plantados en el suelo, seguramente vas a poder
enfocar mejor.
Se puede leer en “El
Psicólogo del Club” (Ediciones Al Arco):
“¿Cómo saber
cuándo estamos en Eje? Conociéndonos, ni más ni menos que mirando para adentro.
La Psicología no es una ciencia exacta. Su centro de estudio son las personas,
y las personas no se hacen en serie. Todos somos diferentes, únicos, lo que aún
hace mucho más difícil la aplicación de manuales o recetas mágicas. El Eje es
personal, y no se encuentra a través de fórmulas matemáticas, sino metiéndote para
adentro y conociéndote.
Algunas personas poseen una gran capacidad de introspección o mirada hacia adentro, y eso les allana el camino. Pero no es un trabajo fácil y en eso también puede dar una mano el Psicólogo; para ayudarte a encontrarte, conocerte y saber que resortes internos conviene apretar para salir a la cancha en Foco.
Algunas personas poseen una gran capacidad de introspección o mirada hacia adentro, y eso les allana el camino. Pero no es un trabajo fácil y en eso también puede dar una mano el Psicólogo; para ayudarte a encontrarte, conocerte y saber que resortes internos conviene apretar para salir a la cancha en Foco.
En Foco, la cabeza funciona, las decisiones no pesan y
las emociones no embarran el camino, ya que en ese estado los miedos, las
presiones y los agentes externos son un aditamento más en la práctica
deportiva, y no su razón de ser, como suele suceder cuando estas cuestiones
copan el centro de la escena. Y en ese estado, el deporte está más cerca de lo
lúdico, sin que esto implique falta de responsabilidad; y más cerca del disfrute,
el juego se hace más lindo y los resultados suelen ser mejores. Generalmente,
cuando disfrutamos es más fácil alcanzar nuestro máximo rendimiento.
En definitiva, de eso se trata, ¿no? De rendir al
máximo para disfrutar de lo que estamos haciendo; de disfrutar de lo que
hacemos para crecer; de crecer para rendir más; de rendir más para ganar, y así
sucesivamente”.
Conocéte. Nutrite
y hace firme tu EJE. No des ventaja…
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