lunes, 28 de julio de 2014

Desde la Línea

Una vieja máxima dice que “el tiro libre es el lanzamiento más fácil del básquet”. Tirás sin oposición, no te apura el reloj, podés tomarte tu tiempo para la ejecución… Pero así y todo, los porcentajes no siempre son buenos. A veces, parece un misterio. Jugadores con buena técnica de lanzamiento, capaces de tirar sobre la marca, desde lejos o hasta en movimiento, fallan cuando están solos en la línea frente al aro, y la respuesta está… En la cabeza… Ni más ni menos.

Muchas veces, esos malos porcentajes provienen de cómo se entrena ese momento. Es común ver a los jugadores amontonados tirando libres mientras se gastan bromas, o ver tiradores despreocupados sin prestar atención a cuanto convierten o cuanto fallan en la práctica. Uno de los postulados que esgrimen muchos entrenadores cuando la práctica se torna liviana dice que “Se Juega como se Entrena”, pero a la hora de los libres, a muchos de esos DT hay que recordarles que los jugadores necesitan entrenar la situación de tirar libres por algo, o con algún tipo de presión, para tratar de prepararse para lo que tendrán que afrontar cuando estén frente a la línea en algún partido. Es imposible imitar la situación de tensión que se vive durante un partido, pero con ejercicios, juegos o consignas diferentes se puede trabajar en esa dirección (hacer picados cobrando y tirando los libres como en un juego, realizar sesiones de libres con algún premio – castigo, tirar libres en situación de cansancio extremo, etc.).
La situación de tiro en el entrenamiento es muy diferente a la que se da en el partido (público, cancha, nivel de cansancio, estrés o presión, etc.). En términos psicológicos, la ansiedad que nos genera el estar frente a la línea (aunque no nos demos cuenta), nos condiciona negativamente a la hora de tirar, entonces, esa tensión (a veces inconsciente) hace que la respuesta motriz o de algunos grupos musculares no vaya al ritmo que tiene que ir, y los movimientos son toscos (el tiro se va largo y pega en el soporte), duros (sensación de brazo encogido que hace que el tiro quede corto), o demasiado laxos (tiramos y la bola juega en el aro y sale).
Esa ansiedad se puede controlar. De hecho, miles de tiradores de libres lo hacen. DT o Jugadores experimentados y efectivos sugieren: “búsquense algún ritual que les de seguridad o favorezca la concentración”, y esa, junto con la practica a conciencia, es la llave para empezar a abrir la puerta hacia una mejora en los porcentajes.
Obviamente, buscar un ritual no tiene que ver con una cábala, sino con algún gesto, rito o similares, que nos ayude a encontrar la concentración necesaria para tirar despojados de presiones. 
¿Ejemplos? El legendario ala pivote de Utah Jazz y el Dream Team Karl Malone, parecía rezar antes de tirar libres; el ex pivote de la Selección Argentina, Sebastian Uranga se acomodaba los pantaloncitos y la camiseta en la línea antes de tirar; el base Gabriel Cocha (89 por ciento en tiros libres en más de 20 temporadas en la Liga Nacional) picaba 5 veces la pelota, respiraba hondo y proyectaba imaginariamente sobre el tablero una pantalla azul; algunos jugadores van al banco a buscar su toallita para secarse; y la lista de este tipo de rituales de enfoque podría ser interminable. En algunos casos, ese ritual es conscientemente una búsqueda de tranquilidad o de aquietar las aguas internas para estar en Foco para tirar. En otros se da por casualidad, pero es igual de efectivo.

El tema es que todos podemos elaborar un mecanismo interno para, pese a estar en pleno juego con las pulsaciones a mil, hacer una pausa que nos permita conectarnos con algún estado interno de concentración, paz, relajación, foco o lo que nos hiciera falta. 
Cuando el problema es la ansiedad o los pensamientos que se te cruzan por la cabeza en esa situación, repetir lanzamientos en las prácticas no te va a garantizar mejores resultados. ¿Por qué no pedir ayuda entonces?

martes, 22 de julio de 2014

Ansiedad en el Deporte

La ANSIEDAD es moneda corriente en el deporte, y más de una vez suele jugarnos malas pasadas dentro de la cancha, alterando nuestra capacidad para tomar decisiones, o incluso fuera, complicando el proceso de preparación.Aqui un interesante artículo de la colega española Lucia Moreno escrito para Fútbol en Positivo, que obviamente, cambiando alguna que otra palabrita, se puede adaptar a cualquier tipo de actividad deportiva.

LA ANSIEDAD EN EL FUTBOLISTA
La ansiedad es uno de los problemas más comunes que pueden afectar al rendimiento del futbolista, siendo en muchas ocasiones difícil de controlar por las muchas variables de las que depende. Existen muchos factores personales y situacionales que en determinados momentos pueden desbordar el equilibrio psicológico en el individuo y afectar de manera perniciosa a si mismo y a su nivel de rendimiento.
La ansiedad no se debe de confundir con el nivel de activación o arousal, este proporciona la energía para activar al organismo proveniente de la motivación, mientras
que la ansiedad ve activada esa energía por pensamientos y estados emocionales negativos.
Son muchos los factores situacionales que pueden influir en que aumente la ansiedad en el futbolista. El fútbol es el deporte rey en muchos países. Hay mucha gente que siente los colores de su equipo y se implican emocionalmente en los partidos, en muchos casos pueden existir insultos, pitos, excesivo ruido, violencia y situaciones desagradables que tiene que vivir el jugador en el terreno de juego, incluso el hecho de ser observados puede generar ansiedad y que consecuentemente, puede afectar a su ejecución en el partido.
El futbolista también puede manifestar ansiedad a la hora de competir, la incertidumbre en cuanto a los resultados de la competición y la importancia que el deportista otorga a la competición suelen ser pensamientos que pueden rumiar y aumentar su ansiedad. Por otra parte, no es equitativo el contexto en el entrenamiento que en la propia competición en la que siente la obligación de ganar, aunque también es cierto que la ansiedad puede disminuir al comenzar el partido, ya que hay muchos jugadores que consiguen adaptarse positivamente a la situación. Por lo que, es mas común intervenir en la ansiedad precompetición.
La percepción del rival es otro estresor situacional que puede afectar al deportista, aumentado la ansiedad cuanto más poderoso lo percibe. En este caso, debemos considerar que el rival es un componente más del juego del cual podemos obtener información a nivel técnico y táctico para elaborar nuestra estrategia y sentirnos más seguros.
Junto a los factores situacionales, coexisten factores personales del deportista que dependen que sean más o menos propensos a experimentar ansiedad. Para ello, hay que saber diferenciar entre Ansiedad rasgo, refiriéndose a una característica de la personalidad del individuo y no depende de las circunstancias, digamos que es la parte biológica o genética de la ansiedad que es inamovible y en la que no podemos intervenir. Y la Ansiedad estado que depende de las situaciones que vivimos y se puede modificar.
Otro elemento muy importante es la autoestima, refiriéndose a las capacidades y habilidades que la persona piensa que tiene. Es negativa tanto en defecto como en exceso, por lo que es importante que exista un equilibrio entre las demandas y las posibilidades que el deportista cree poseer.
Para disminuir la ansiedad hay técnicas muy útiles que se pueden aplicar en el futbolista y que varios estudios han demostrado su eficacia. Las técnicas de intervención que se suelen aplicar son:
Relajación progresiva de Jacobson: Contracción y distensión de los diferentes grupos musculares llevando a una disfunción de la contracción muscular logrando niveles de tensión muscular más bajos.
Imaginación/visualización: se trata de una técnica que programa la mente del deportista para reaccionar, para responder cuando y como se le ha programado. A través de palabras evocamos situaciones deportivas ya vividas y anticipamos la respuesta para situaciones futuras para acortar los plazos de reacción y ejecutando la acción exitosamente.
Reestructuración cognitiva: esta técnica trata de identificar, analizar, y modificar las interpretaciones o los pensamientos erróneos que el futbolista experimenta en determinadas situaciones.
Reforzamiento positivo: esta técnica debe llevarla a cabo el entrenador elogiando las respuestas deseadas adquiriendo así el futbolista una imagen más positiva de si mismo.
Existen otras técnicas que se aplican dependiendo de los resultados de la información que se obtiene durante la evaluación. Con estas técnicas y la colaboración activa por parte del futbolista se pueden obtener resultados muy positivos que incrementen su seguridad y por lo tanto, disminuyan su ansiedad a la hora de rendir en el terreno de juego.

lunes, 21 de julio de 2014

Nota en Psicopedia.org

EN MIS ZAPATOS, O COMO ENCARAR LA RESOLUCIÖN DE CONFLICTOS


“Para entender lo que le pasa a la otra persona, tenés que ponerte en sus zapatos”. La metáfora encierra el gran secreto, que no es ni más ni menos que tratar de ponerte en el lugar del otro para intentar (si, intentar) mirar las cosas desde el ángulo que las está mirando la otra parte.Los viejos refranes suelen guardar en su interior un enorme plus de sabiduría, y uno de ellos encierra un enorme secreto para encarar la solución de conflictos
Los “Conflictos” traen consigo una carga adicional de emociones negativas, y es sabido que a la mayoría de los mortales nos cuesta pensar claramente cuando este tipo de emociones copan la parada.
Las emociones (buenas y malas) le cambian el tono a aquello que estamos tratando de ver, y en algunos casos lo distorsionan radicalmente; y desde allí es prácticamente imposible buscar puntos de encuentro, ya que nuestra posición se hace más firme y la del otro parece esconderse detrás de un velo que nos impide ver con claridad.
En términos prácticos, si estábamos enojados por algo, al hacerse más firme nuestra posición, aquello que siente o piensa la otra parte se diluye y pierde fuerza y claridad ante nuestros ojos, lo que radicaliza aún más nuestra posición poniendo al borde del precipicio toda posibilidad de acuerdo.

¿Entonces? El mejor camino para la solución es “ponerse los zapatos del otro”, tratar de mirar la situación que tanto te molesta desde la posición de la otra persona, para así intentar comprender qué es lo que tanto afecta a la otra parte, pero para ello, primero es clave bajar los niveles de emocionalidad, ya que desde las sensaciones que hoy nos gobiernan se hará muy difícil pensar con claridad.Pasa entre pares y más aún cuando el conflicto se da en planos de jerarquías diferentes (padre – hijo, jefe – empleado, etc.). Yo pienso A, la otra persona piensa B, pero como en el medio hay una carga de bronca, fastidio o dolor, esas posiciones se hacen mas fuertes y la situación parece volverse irreconciliable.
El Paso a Paso buscando la anhelada Solución sería más o menos así:
- Tratar de cambiar el clima o salir del tema para buscar que las emociones negativas (bronca, fastidio, dolor) aflojen un poco.
- Reconocer al otro como una persona valiosa para mi (favoreciendo el cambio de clima y la motivación para tratar de arreglar el conflicto)
- Ponerme en los zapatos del otro (tratar de ver los hechos desde la óptica de la otra parte)
- Buscar un punto de encuentro entre lo que siento/pienso, y lo que creemos que siente/piensa la otra persona.
- Elaborar una propuesta o estrategia de abordaje para buscar, juntos, el anhelado encuentro.
Muchas veces solemos enojarnos por cosas que no ameritan semejante despliegue de emociones negativas. Nos enojamos y, producto del orgullo, caemos en la puja por ver quien tiene razón, y la solución suele estar más cerca de lo que parece… Vamos, no es tan difícil…
http://psicopedia.org/3624/en-mis-zapatos-el-secreto-para-encarar-la-solucion-de-conflictos/